Economía

La deuda pública y la banca china estarán detrás del próximo 'shock' económico

  • El sector financiero chino es una incógnita para los expertos.
Foto: Dreamstime

"Lo próximo que pase en el mercado no será como la caída de Lehman Brothers, será otra cosa totalmente distinta a la que también tendremos que adaptarnos", observa, consternado, Nicolás Fernández, director de análisis de Banco Sabadell. Diez años después de la quiebra del coloso de la banca de Estados Unidos que desencadenó los seis meses más dramáticos en mercado desde el crack del 29, esta opinión es generalizada entre los gestores, economistas y directores de análisis españoles que ya tenían dinero en juego en los mercados financieros entonces y que siguen en activo ahora.

Después de que Wall Street haya firmado el ciclo alcista más largo de su historia, con Estados Unidos tensando las relaciones comerciales a nivel global, viendo las incertidumbres que surgen en las economías emergentes, especialmente en China, y ante la posibilidad de que las economías desarrolladas tengan problemas para enfrentarse a sus elevados endeudamientos en pleno proceso de retirada de los estímulos financieros heterodoxos que se vieron obligados a aplicar los bancos centrales y de subidas de los tipos de interés, otra crisis ronda las cavilaciones de los expertos, pero nunca en sus proyecciones se repite un derrumbe similar al de 2008. "Estas cosas siempre son inesperadas y ahora mismo hay mucha gente tratando de llamar la atención diciendo que viene el lobo, y el lobo vendrá cuando hayan perdido credibilidad los agoreros, como en el cuento", bromea Víctor Alvargonzález, de Nextstep Finance.

"Ahora no parece haber Lehmans en el horizonte", reconoce Juan Ignacio Crespo, economista y asesor del fondo de inversión Multiciclos Global de Renta 4. "Lo único que ha aprendido el sistema económico global en esta última década es precisamente que no ocurra otro casi similar", se lamenta, por su parte, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, quien considera que "las políticas monetarias aplicadas han zombificado la economía" al tapar los problemas de deuda, los balances ineficientes...

"En la próxima crisis, probablemente, el componente de pánico financiero no jugará un papel tan protagonista como en 2008, aunque, como en toda crisis, jugará su papel", continúa Juan Ignacio Crespo. Entonces, ¿cuál será el desencadenante? "Más bien hay que pensar en una combinación de problemas en los emergentes complicados por la crisis comercial de Estados Unidos con China", señala el economista.

Efectivamente, en los últimos meses, la guerra arancelaria impulsada por la Administración norteamericana de Donald Trump ha puesto en alerta a todo el sistema económico, amenazando el crecimiento global y aflorando problemas latentes de las economías emergentes más débiles, como Argentina o Turquía, lo que ha dejado su impronta con especial inquina en la bolsa española por la elevada exposición a estos mercados. Pero el emergente que realmente aparece en las pesadillas de los analistas es el gigante asiático. "Es la gran incógnita", admite Sergio Míguez, director de relaciones con inversores de Efpa. "La próxima crisis podría venir de China y del shadow banking del país (banca en la sombra)", piensa Victor Alvargonzález.

"Dos circunstancias podrían provocar una situación parecida a la caída de Lehman Brothers: una crisis del sistema financiero chino", coincide Lola Solana, gestora de Santander Small Caps, quien añade "una ruptura del euro". Y lo cierto es que aunque los últimos golpes están viniendo de fuera, el euroesceptismo es una amenaza constante en el club comunitario al que pertenece España, y principalmente se debe a que "el sector público se ha ido endeudando cada vez más y la deuda ha llegado a niveles alarmantemente altos en muchos países", según incide Javier Ruiz, director de inversiones de Horos AM. "Están en cuestión algunos sistemas monetarios que pudieran llegar a no pagar esas deudas, ni satisfacer las necesidades de gasto del Estado de Bienestar que hay en Occidente, cuyo no cumplimiento provoca cambios políticos hacia posturas radicales que podrían hacer aparecer cisnes grises (acontecimientos improbables que tendrían un gran impacto en la economía global)", reflexiona Alberto Espelosín, gestor de Abante Pangea.

El ciclo alcista más largo dela historia sigue sin agotamiento

Victoria Torre, responsable de productos de Self Bank, lamenta que la principal lección que sacó de la caída de Lehman es que "parecemos condenados a repetir la historia, y a cometer los mismos errores". Con Wall Street firmando el ciclo alcista más largo de la historia, el temor a que se forme una burbuja de consecuencias inesperadas en las bolsas, similar a la que estalló en 2008, es inevitable, aunque Alvargonzález apunta que, pese a que el endeudamiento es elevado, la actividad de las principales economías y los beneficios empresariales son, en general, muy superiores respecto a hace una década, sobre todo en EEUU, donde no hay signos de agotamiento.

Las divisas se desestabilizan por la guerra comercial

Las tensiones desatadas por el conflicto comercial entre Estados Unidos y China en todo el mundo están teniendo en el mercado de divisas a los principales damnificados. La guerra arancelaria ha descubierto en los últimos meses una renovada fortaleza del dólar, incluso frente en su cruce con el euro, a la vez que ha destapado la debilidad de las monedas de los economías emergentes. El desplome del peso argentino, de la lira turca o del real brasileño han impactado especialmente en las bolsas europeas, que se han descolgado del ritmo machacón de Wall Street, mientras que la depreciación del yuan chino está anulando el efecto de los aranceles de EEUU.

El mercado de materias primas ha cambiado para siempre

El mercado de materias de 2008 y el actual poco tienen que ver. Poco antes antes del estallido de la crisis, el barril de petróleo coqueteó con los 150 dólares, un nivel al que nunca más se ha vuelto a acercar. Desde esos máximos, llegó a desplomarse un 80%, hasta perforar los 40 dólares, mínimos que dejó en anecdóticos cuando en 2016 perdió los 30. Hoy ronda los 80 dólares, pero aquello fue el primer aviso de la caducidad de este recurso, que en las próximas décadas dejará paso definitivamente a otros, como los minerales que se usan en las baterías eléctricas que parecen destinadas a copar la movilidad y otras actividades en el futuro.

La divergencia entre la Fed y el BCE parte en dos al mundo

La divergencia entre el ritmo de normalización de las políticas monetarias del Banco Central Europeo (BCE) y de la Reserva Federal (Fed) está ampliando distintas brechas en el mercado entre Estados Unidos y el Viejo Continente, con los diferenciales de valoración de la banca de uno y de otro lado del Atlántico disparándose o las rentabilidades de la deuda pública distanciándose anormalmente. La principal razón de estas tendencias es que la Fed desplegó en marzo un detallado plan de subidas de los tipos de interés y el BCE anunció en junio que no los tocará hasta, por lo menos, después del verano de 2019. Cómo digiera la economía este proceso será clave.

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