Economía

Alarma en el turismo: crece el 1,8% y firma el peor dato desde 2010

  • Retroceso en llegadas de alemanes y británicos por la coyuntura europea
  • Cataluña y Canarias, los grandes bastiones, pierden visitantes frente a 2017

Los datos de llegada de turistas extranjeros a nuestro país que ayer ofreció el Instituto Nacional de Estadística (INE) dejaron una lectura más negativa que positiva. Es cierto que las visitas aún crecen el 1,8% hasta junio, pero también lo es el hecho de que se trata del peor registro desde el año 2010.

Basta comprobar que las tasas de crecimiento de los dos ejercicios anteriores eran superiores al 11% para darse cuenta de que el sector, uno de los grandes motores económicos de España, está ofreciendo ya señales de alarma y reflejando la tendencia a la desaceleración de la economía.

Según la encuesta Movimientos Turísticos en Frontera, Frontur, en los seis primeros meses del año el número de turistas que visitaron España superó los 37,1 millones, un dato muy meritorio teniendo en cuenta que hace solo un lustro, en plena crisis, apenas rebasaban los 26 millones.

Los principales emisores siguen siendo Reino Unido, de donde provienen 8,4 millones de visitas, y Alemania, con cerca de 5,2 millones. Pero es que se da la circunstancia de que el dato de ambos empeora respecto a 2017. Los británicos, imbuidos en su particular odisea con el Brexit, dejan un 2% menos de visitas. Y los alemanes, en plena ralentización económica, bajan nada menos que el 5,7%. Francia, por su parte, sigue mostrando fidelidad. Hasta junio nos han visitado 4,8 millones de ciudadanos de aquel país, pero esa cifra apenas mejora el 1,4%.

La competencia, más elevada

Hay varias causas que explican el fenómeno, aunque sin lugar a dudas es la recuperación de otros mercados mediterráneos la que está golpeando a nuestro sector. Túnez atrae muchísimo turismo alemán, al igual que lo hace Grecia, en plena recuperación económica tras años de brutal crisis. Croacia también afecta por su oferta de sol y playa al borde del corazón europeo. E incluso Egipto y Turquía, con graves problemas políticos en los últimos años, dan síntomas de mejora.

Pero también influye cierto agotamiento en el sector, que durante la crisis aprovechó para modernizar y diversificar su oferta y que ahora empieza a aletargarse. Es algo que se aprecia bien en los datos autonómicos, con caídas en los dos grandes bastiones turísticos de España: Cataluña y Canarias.

El Ministerio de Industria, Co-mercio y Turismo prefiere por ahora ver el vaso medio lleno, y consideró, a través de una nota de prensa, que los datos "consolidan a España en una posición de liderazgo", sobre todo gracias "a la competitividad del destino". Es un hecho, además, que pese a la caída de los mercados emisores más tradicionales, las llegadas de países menos habituales (Portugal, Rusia o Estados Unidos) aumentan más del 10% respecto a 2017.

Sorpresas y futuros

La factura del 1-O y el proceso soberanista se deja ya notar. Hace unos días advertíamos en este periódico de que el sector turístico en Cataluña percibía una disminución de visitas, gasto y reservas desde junio, y los datos de Frontur dejan patente que así está sucediendo. Pese a que aquella comunidad sigue siendo el principal destino en España, con más de 8,6 millones de llegadas, sorprende que retroceda por primera vez desde 2010 (un 0,2%).

Con Canarias sucede algo parecido, aunque en este caso puede estar primando más la lejanía de los mercados emisores. Los casi siete millones de turistas recibidos en los seis primeros meses del año son un 2,1% menos que en 2017. Y Baleares, otra habitual del podio, crece, pero lo hace a un ritmo bajísimo, de apenas el 0,4% hasta junio.

Por contra, la Comunidad Valenciana y Madrid aprovechan la ralentización de sus competidoras autonómicas. La primera avanza más del 5% con 4,1 millones de visitantes extranjeros. Y la segunda mejora el 4,7% hasta bordear los 3,5 millones (un registro ni siquiera soñado hace solo tres años, cuando el destino aún notaba una grave crisis).

Está por ver ahora qué sucede en futuras lecturas. Lo que parece claro es que las numerosas huelgas, que afectan al taxi o a algunas aerolíneas de gran tradición en España -como Ryanair- pueden terminar de empañar un dato que no está siendo especialmente bueno. El PIB de la zona euro, que apenas avanza el 0,3% trimestral, tampoco hace que se puedan aventurar sorpresas positivas a corto plazo.

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