El Gobierno de Pedro Sánchez está dispuesto a seguir aumentando la presión fiscal. Tras imponer una tasa mínima del 15% a partir de la cual las grandes empresas no podrán aplicarse deducciones en Sociedades, el Ejecutivo tiene sobre la mesa ahora subir la tasa a los depósitos bancarios, que se aprobó en 2014 y cuyo tipo actual es del 0,03%. El gabinete de Cristóbal Montoro diseñó esa primera tasa para bloquear, fundamentalmente, que ciertas autonomías crearan la suya propia, pero Sánchez está dispuesto a utilizarla ahora para aumentar la recaudación.
Es una medida que podría impulsar a las entidades financieras a adoptar estrategias comerciales que primen otros productos, aunque no es la única alternativa. Y es que el Gobierno maneja también la posibilidad de exigir a los bancos incrementar las cantidades que deben aportar al Fondo de Garantía de Depósitos. Además de obtener ingresos adicionales, esto le permitiría reducir el déficit, ya que el fondo es una activo del Estado.
Aunque desde el Gobierno se insiste, asimismo, en que se impulsará un impuesto específico para el sector financiero con el que pagar las pensiones, el problema es que, en este caso, la aritmética parlamentaria indica que, para sacarlo adelante, necesariamente, tendría que repetir el pacto de la moción de censura y lograr el apoyo del PNV y del PDeCat, que tradicionalmente han sido partidos liberales poco partidarios así de elevar los impuestos, o de Ciudadanos, además de Podemos.
La posición de minoría del PSOE, con apenas 84 diputados en el Congreso, es lo que ha abierto la puerta, precisamente, a explorar otras alternativas para gravar al sector, pero que sean más sencillas de aprobar, por ejemplo, vía Presupuestos. La negociación presupuestaria se negocia en bloque, de manera que las cesiones a terceros se valoran de forma conjunta, existiendo mayor margen para sacar la propuesta.
Cambios en Sociedades
En este grupo de medidas, además del ya anunciado mínimo impositivo también se podrían aplicar otros cambios en Sociedades. La semana pasada Kepler Cheuvreux apuntaba, en este sentido, a la posibilidad de eliminar la deductibilidad de los gastos financieros por el pago de intereses de los CoCos (deuda híbrida de capital), cuyo impacto en recaudación estimaba en 250 millones, pero también se podría incluir un tipo de Sociedades más alto para el sector.
Esta alternativa cuadra, de hecho, con el anuncio del PSOE, previo a acceder al gobierno, de incrementar en un 8% el impuesto de Sociedades que paga la banca. Una medida en este sentido, reduciría entre un 10% y algo menos de un 6% el beneficio por acción previsto de los distintos bancos domésticos españoles; siendo Bankia y Liberbank las entidades más penalizadas.
Kepler calcula que por dicho aumento, en dos o tres años, se podrían llegar a recaudar más de 1.500 millones de euros; que es una cifra superior de los 1.000 que Pedro Sánchez fijó como objetivo en un principio.
