Economía

Portugal 'enseña' a Italia que las cosas se pueden hacer muy bien en el sur de Europa

Foto de Dreamstime

Portugal ha demostrado lo que se puede hacer aprovechando los bajos tipos de interés y sacando partido a las reformas estructurales. Las políticas del BCE han convertido el elevado endeudamiento de familias, empresas y administraciones en una carga más llevadera. A su vez, estas condiciones financieras han hecho que las reformas económicas sean menos dolorosas y den resultados con mayor rapidez. Al menos, eso es lo que muestra la experiencia de Portugal o Irlanda. Sin embargo si se mira a Italia, la situación parece bien diferente.

Una 'lección' de los portugueses: aprovechar los tipos bajos para pagar deudas en lugar de contraer más. La deuda de los hogares se disparó hasta alcanzar casi el 88% del PIB en 2012. Pero las mejoras del mercado laboral, el equilibrio exterior y la intervención del BCE para mantener los tipos de interés muy bajos no pasó desapercibido por los hogares lusos, que han aprovechado esta situación para reducir su deuda hasta el 68% del PIB, una caída de 20 puntos porcentuales. En Italia, por el contrario, la deuda de los hogares se mantiene en el mismo punto que en los peores años de la crisis.

En lo que se refiere a las empresas la situación es similar. Las firmas lusas han reducido su ratio de deuda sobre PIB hasta el 76% (desde el 100% de 2012), una caída de casi 25 puntos porcentuales. En el caso de Italia, la reducción ha sido de 10 puntos hasta el 63%. Aunque la deuda pública siga siendo una tarea pendiente para Portugal, lo cierto es que en los últimos trimestres ha caído en siete puntos porcentuales hasta el 125%, mientras que la italiana sigue atascada en el 132% del PIB.

Diferencias entre las primas

Con este panorama no extraño que los inversores estén pidiendo una prima de más de 70 puntos básicos a los bonos italianos respecto a los portugueses. El bono a 10 años de Portugal paga un interés del 1,76%, mientras que su homólogo italiano ofrece un 2,56%, síntoma del mayor riesgo que perciben los inversores sobre la deuda italiana, a pesar de que los niveles de deuda sobre PIB sean similares.

Por otro lado, el desempleo ha caído aceleradamente desde que la Eurozona salió de su doble recesión y crisis de deuda en 2013, y ahora está por debajo de la media del bloque. La tasa de paro en Portugal ha caído hasta el 7,6% después de haber alcanzado niveles superiores a los de Italia durante la crisis. Ahora la situación es diferente, el desempleo en Italia sigue por encima del 11% y con problemas para bajar de esa cota.

"Me gustaría que Italia tuviera las mismas perspectivas que tiene hoy Portugal"

Parte de la recuperación es el resultado de las reformas económicas demandadas como requisito para el programa de rescate de 2011, financiado por la UE y el Fondo Monetario Internacional; a lo que se sumaron tasas de interés extremadamente bajas y el programa de compra de bonos del BCE.

El resultado debe satisfacer al presidente del BCE, Mario Draghi, quien usó su discurso de apertura del foro en la ciudad de Sintra para destacar la recuperación "rica en empleo" de la Eurozona. La situación de Portugal también marca un fuerte contraste con Italia, que evitó un rescate financiero, pero no implementó las reformas estructurales que habrían ayudado a impulsar el empleo.

"Me gustaría que Italia tuviera las mismas perspectivas que tiene hoy Portugal", afirmó Luigi Zingales, profesor de Finanzas de la Escuela Booth de Negocios de la Universidad de Chicago e italiano de nacimiento, en una entrevista con Bloomberg TV en Sintra. Portugal "pasó por una etapa muy dura, aplicaron un programa con condiciones muy estrictas. Pero ahora están saliendo de eso".

El país flexibilizó las contrataciones y las negociaciones colectivas, cambios que el FMI definió como cruciales para impulsar una recuperación que generara a la vez más empleo.

Las reformas en Italia han llegado tarde, han sido pocas y se han aprobado con escaso apoyo político y social

Las reformas ayudaron a reducir los costes de producción en el país, aumentando su competitividad. Eso es clave, porque la pertenencia a la eurozona hace que la devaluación de la moneda no sea una opción para lograr este propósito.

Italia, por el contrario, no ha logrado alinear el crecimiento de los salarios con la productividad, incluso a pesar de la polémica reforma laboral de 2015, no porque los salarios suban demasiado, sino porque la productividad está absolutamente estancada. Los electores han optado finalmente por un Gobierno antisistema, que planea impulsar el gasto público, a pesar de tener el mayor endeudamiento de la región.

Portugal ha logrado evitar la expansión del populismo, pero la actual administración socialista ha señalado que el sufrimiento causado por las reformas estructurales ya ha sido suficiente. Después de asumir el cargo en 2015, el primer ministro portugués, António Costa, revirtió los recortes de los salarios en el sector público, elevó el sueldo mínimo y redujo el tiempo de trabajo para los trabajadores estatales.

Las medidas han generado cierta preocupación en el BCE y la Comisión Europea, que en un comunicado conjunto sobre el país la semana pasada advirtieron que "sigue siendo esencial que las políticas impulsen la adaptabilidad del mercado laboral".

Por ahora, el Gobierno socialista de Portugal gana la partida. Aunque los salarios crecen más deprisa que la productividad y el gasto público se está incrementando en partidas clave, la balanza por cuenta corriente sigue siendo positiva y las finanzas públicas han encontrado el mayor equilibrio en las últimas décadas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky