
El presidente estadounidense Donald Trump habló con distintos líderes mundiales sobre su planeada subida de aranceles al acero y el aluminio y no considera ninguna exención a la medida, según el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross.
"Sé que él tuvo conversaciones con varios líderes mundiales", dijo Ross en una entrevista en el programa de televisión "This Week" de la cadena ABC.
"La decisión obviamente es de él, pero de momento, hasta donde yo sé, él está hablando del trazo grueso. No lo he oído describir exenciones en particular hasta ahora", dijo Ross.
Ross, en cualquier caso, restó importancia a la medida anunciada de imponer nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio, al afirmar que sus ingresos representarán apenas "una fracción" de la economía del país.
"El total de los aranceles que estamos implementando representa unos 9.000 millones (de dólares) al año; eso es una fracción de la economía, así que esa noción de que destruirá muchos trabajos, elevará los precios y alterará las cosas es errónea", sostuvo Ross.
El funcionario coincidió con Trump en que algunos de los acuerdos comerciales firmados por Washington perjudican claramente los intereses estadounidenses.
"Hemos realizado, unilateralmente, todo tipo de concesiones desde el final de la Segunda Guerra Mundial", lamentó Ross.
Sin ir más lejos, el propio Trump aseguró ayer que Estados Unidos tiene un déficit comercial de 800.000 millones de dólares debido a algunos tratados de comercio, a los que se calificó de "muy estúpidos", y amenazó a la Unión Europea con nuevos aranceles en el sector automotriz.
Sobre cómo podrían afectar este tipo de medidas arancelarias a las negociaciones que mantienen EEUU, Canadá y México para reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Ross no dudó en afirmar que "existe mucha historia que necesita ser reescrita".
May expone a Trump su "profunda preocupación" por los aranceles
Por su parte, la primera ministra británica, Theresa May, ha expuesto a Trump su "profunda preocupación" por la intención del presidente de Estados Unidos de imponer aranceles a las importaciones acero y aluminio en su país.
"La primera ministra mencionó nuestra profunda preocupación por el próximo anuncio del presidente de (imponer) tarifas al acero y el aluminio, y mencionó que una acción multilateral es la única forma de resolver el problema del exceso de capacidad", señaló una portavoz de Downing Street.
El director de UK Steel, la asociación británica del sector siderúrgico, Richard Warren, señaló el viernes que el alza de los aranceles puede tener un "impacto" en la economía del Reino Unido.
Según datos del Gobierno británico, la industria del acero generó 1.600 millones de libras (unos 1.796 millones de euros) el pasado 2016, lo que representa un 0,1 % de la economía del Reino Unido.
Aranceles del 25% y del 10%
Trump anunció hace unos días su intención de imponer aranceles del 25% sobre las importaciones de acero y del 10% sobre las de aluminio, lo que causó preocupación en la comunidad internacional.
Según Trump, la producción estadounidense del metal se ha visto "diezmada" por políticas "injustas" de comercio, y EEUU no puede permitir que el resto del mundo "siga aprovechándose".
El Departamento de Comercio había propuesto a Trump en febrero que impusiera un arancel global del 24 % a todas las importaciones de acero, y uno del 53 % a las procedentes de una docena de países, entre ellos China, Brasil, India y Corea del Sur.
En cuanto al aluminio, la recomendación era un arancel global del 7,7 %; uno de 23,6 % a las importaciones de China, Venezuela, Rusia, Hong Kong y Vietnam, o una cuota del 86,7 % de las exportaciones a EEUU que hubo en 2017.