Economía

El poder adquisitivo de las pensiones cae al menos cuatro puntos desde 2010

  • Las pagas de los jubilados han subido 1,65 puntos menos que los precios
  • La brecha se incrementará este año, ya que las pensiones subirán un 0,25%

Los pensionistas españoles acumulan una pérdida de poder adquisitivo de al menos cuatro puntos desde 2010. Sólo en el último año, las pensiones se han recortado de facto un 1,65%, tomando como referencia el dato de inflación media en 2017, que se situará cerca del 2%%. (Pasó del 3% de enero y febrero al 1,2% de diciembre). Teniendo en cuenta que las pensiones se han revalorizado un 0,25%, cifra marcada por ley desde 2013, la diferencia marca una pérdida de poder de compra importante en el ejercicio que acaba de terminar. Ourense, la primera provincia en tener más pensionistas que ocupados.

Pero, ¿de cuánto dinero estamos hablando? Depende del importe de la prestación. Una persona con la pensión media habrá cobrado este año 1.071 euros al mes en 14 pagas. La pérdida de poder adquisitivo es como si hubiese cobrado casi 18 euros menos al mes. Al año, 247 euros. Para la pensión de jubilación más baja, la del que tiene cónyuge pero no a su cargo, fijada en 605,1 euros en 14 pagas, son casi 10 euros menos al mes, 139,77 euros al año. La pensión media de jubilación, solo un 10% más baja que el salario tipo.

El desfase, además, suma un acumulado de al menos cuatro puntos en los últimos ocho años, una pérdida de poder de compra que afecta a 9,5 millones de ciudadanos. Si sumamos las variaciones medias de la inflación durante esos ejercicios, obtenemos un aumento de los precios del 9,8%. En ese mismo periodo, las prestaciones de jubilación se han revalorizado un 5,8%. Es decir, que las pagas que reciben los jubilados han subido 4 puntos menos que el Índice de Precios al Consumo (IPC).

Dato a cierre de diciembre

Otros cálculos hablan de una pérdida de poder adquisitivo incluso mayor. Las diferencias parten de si se toma como referencia la inflación media -en la que se basa el cálculo anterior- o el IPC de final de año, que es el que se toma como referencia para pensiones y salarios. Pero hasta el propio Gobierno se refirió a la inflación media anual en 2016, que quedó en el -0,2%, para negar que los pensionistas perdieran poder adquisitivo ese ejercicio.

En el caso de un reciente informe del sindicato UGT, éste denunciaba una pérdida acumulada media de poder adquisitivo que llega a los 3.368 euros en este periodo en el caso de Cataluña y a 2.387 en el conjunto de España.

En este caso, la diferencia es de 4,7 puntos menos, según los cálculos del sindicato. Eso hace que, solo en el 2017, los pensionistas hayan percibido de media 432 euros anuales menos que lo que les correspondería si las pagas se hubieran actualizado igual que la inflación de este ejercicio. Esa cifra sube a 673 euros en el caso de Cataluña debido a que el IPC ha sido superior al de la media de todo el Estado.

Y en 2018, peor

La tendencia, además, será que la brecha se agrande este año, con los precios al alza. En el 2018 las pensiones sólo crecerán un 0,25%, la misma subida por quinto año consecutivo, tal y como aprobó el Gobierno en el último Consejo de Ministros del años pasado. Es lo que marca la fórmula de revalorización introducida en la última reforma de pensiones, que tiene en cuenta la situación financiera de la Seguridad Social, y esta lleva en números rojos desde 2012. La fórmula establece una subida mínima del 0,25% y un techo máximo del IPC más un 0,50%, pero desde su entrada en vigor sólo se ha aplicado la primera opción.

Para el IPC, la previsión para el año próximo es de un incremento de alrededor del 1,5%. Es decir, otros 1,25 puntos de desfase, lo que empobrecería más las prestaciones de jubilación medias del país por tercer año consecutivo.

Un sistema en dificultades

El problema del empobrecimiento de las prestaciones se suma a las dudas sobre la viabilidad del fondo de pensiones. Ante las dificultades para afrontar los pagos de las pensiones con salarios a la baja parece complicado que éstas vuelva a indexar su evolución al IPC, como reclaman los sindicatos y partidos como el PSOE y Podemos.

El sistema de la Seguridad Social afronta importantes dificultades de cara al futuro. A la hucha sólo le quedan 8.095 millones, la factura mensual de las prestaciones ha crecido un 55,6% en la última década y el Ejecutivo afronta este ejercicio con unos compromisos de gastos cercanos a los 125.000 millones y unos ingresos por cotizaciones en torno a los 110.000 millones.

Por tanto, las prestaciones parecen condenadas a mermar de forma progresiva en el futuro, ya que tendrán que conformarse con revalorizaciones mínimas a menos que se planteen otras soluciones, como crear nuevos impuestos para financiar el sistema, una opción que defiende el PSOE desde el inicio de la legislatura. Mientras, el Gobierno deberá pedir un nuevo préstamos de alrededor de 10.000 millones este año para abonar todas las pagas.

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