
Las previsiones de crecimiento para la economía española, revisadas a la baja por el impacto de la crisis catalana, complican la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que firmó ayer Mariano Rajoy con los agentes sociales. El acuerdo dibuja una senda plurianual que pretende situar el sueldo mínimo, actualmente en 707 euros, en 850 euros en 2020, con incrementos del 4% en 2018, del 5% en 2019 y del 10% el año siguiente.
Sin embargo, las alzas están condicionadas a que el PIB crezca, al menos, un 2,5%, y se creen 450.000 empleos, algo poco probable, habida cuenta de que las proyecciones, en el mejor de los casos, apenas rozan ese límite del 2,5%.
De hecho, en el último plan presupuestario enviado a Bruselas, el Gobierno rebajó la previsión para 2018 del 2,6% al 2,3%, debido a la incertidumbre económica provocada por las tensiones en Cataluña, si bien es cierto que contempla un crecimiento mayor si la inestabilidad no se prolonga. La Comisión Europea y el FMI prevén un 2,5% y el Banco de España, un 2,4%. Para 2019, la previsión de Bruselas es del 2,1%; la del Ejecutivo, del 2,3%; y la del organismo presidido por Christine Lagarde, del 2%. Todas estas cifras se quedan por debajo de lo contemplado en el acuerdo.
Es más, si el augurio de los organismos se cumple, la senda de subida del SMI quedaría cortada en el tramo de mayor incremento, toda vez que el pacto alcanzado entre el Gobierno y los interlocutores sociales fija un aumento del 10% para 2020. Hasta entonces, la ruta establece una subida del 4% el año que viene, hasta 736 euros; del 5% en 2019 (773 euros); y del 10% en 2020 (850 euros). Si se confirma esta última, será la mayor desde el año 1983, por delante de la de este 2017, que fue del 8%, y, en total, el salario mínimo habría engordado un 30% desde 2016, el mayor avance en una legislatura.
Pero el pacto que firmó ayer Rajoy en Moncloa con los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, y los presidentes de CEOE, Juan Rosell, y Cepyme, Antonio Garamendi, en presencia de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, reconoce en su letra pequeña que "en el caso de que se constatara el incumplimiento de alguna de las condiciones establecidas" para la senda alcista, el Gobierno abrirá un "proceso de negociación con las organizaciones sindicales y empresariales para determinar la cuantía del SMI del año siguiente".
Por eso, y pese a que la propuesta del Ejecutivo es vista con buenos ojos por patronal y sindicatos -sobre todo por estos últimos, que se la adjudican como un logro en el marco del diálogo social- fuentes sindicales reconocen que intentaron, sin éxito, "relajar las condiciones" para que el crecimiento del PIB del 2,5% y la creación de 450.000 puestos de trabajo fuera solo "una referencia, no condicionante".
En este sentido, las fuentes consultadas consideran que "para 2018 no va a haber problema, en función del cuadro macro", pero advierten de que "otra cosa son las proyecciones para 2019 y 2020", teniendo en cuenta que en los próximos años se estima una "cierta ralentización" en la creación de empleo.
Con todo, el presidente del Gobierno calificó de "prudentes" las cifras que condicionan la subida y apuntó que la creación de empleo "es y sigue siendo" el principal objetivo de la legislatura. Rajoy prevé que este año cierre con un incremento de 600.000 afiliados, cantidad que rebaja a los 450.000 en adelante.