
La ruptura del acuerdo de gobierno entre BComú y el PSC en Barcelona ha dejado vacante la presidencia de la sociedad que agrupa las empresas participadas por el ayuntamiento.
El cargo lo ocupaba Jaume Collboni, que será relevado por Eloi Badia, según el orden del día del pleno municipal previsto para este viernes. Ada Colau contará previsiblemente con el apoyo de ERC y la CUP, que han mostrado un acercamiento tras la ruptura de los comuns con el PSC.
Así, Colau ha optado por situar al frente de la joya de la corona económica del consistorio catalán a un representante del ala más radical del partido. Badia, actualmente concejal de Presidencia y de Agua y Energía, es un adalid de la remunicipalización de la gestión del agua: como uno de los líderes de la plataforma ciudadana Agua es Vida, llevó en 2015 a los tribunales el acuerdo del Área Metropolitana de Barcelona con Agbar para crear sin concurso público una sociedad mixta para la gestión del agua de 23 municipios de Barcelona, incluida la Ciudad Condal. El Tribunal Supremo debe emitir sentencia firme sobre esta cuestión, pero los tiempos judiciales hacen que no se prevea su resolución hasta finales de 2018 o principios de 2019.
La entrada del PSC en el gobierno municipal de Colau en mayo de 2016 había aportado entre el sector económico una esperanza de estabilidad. El acuerdo rubricado entonces recogía el compromiso de un gobierno municipal "a favor de la prosperidad económica", pero la expulsión del PSC del ejecutivo local por decisión de las bases de BComú, debido al apoyo socialista a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, ha reavivado la incertidumbre.
Barcelona, que condensa la mayoría de la actividad empresarial catalana, se está viendo muy afectada por la salida de empresas hacia otras autonomías, con un 89 por ciento del total que han trasladado su sede desde el 1 de octubre.
El golpe sufrido en las expectativas económicas de la ciudad de Barcelona tras el fracaso de la candidatura para acoger la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no es la única iniciativa en la que Ada Colau ha fracasado. Sus mayores apuestas para la capital catalana han caído en saco roto o están pendientes de concretarse dos años después de su llegada al gobierno municipal.
El nombramiento de Badia como presidente de Barcelona Serveis Municipals (B:SM) es relevante, ya que la sociedad aglutina la participación del cien por cien del ayuntamiento en el parque de atracciones del Tibidabo, así como en la sociedad de los cementerios de Barcelona. También cuenta con el 58,6% de Tractament i Selecció de Residus; el 50,7% de Mercabarna y el 40% de la compañía de los aparcamientos municipales. Otras inversiones financieras son el 17,6% de Ecoenergies Barcelona Sud, Zona Franca i Gran Via de l'Hospitalet; el 15% se Serveis Funeraris de Barcelona, y el 12% del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB).
Poco amigo del turismo
Badia es también concejal del distrito de Gràcia, y aboga por reducir la publicidad del Parque Güell en las campañas de promoción turística en favor de los "usos comunitarios" de los vecinos y barceloneses en general. En la presentación de un plan específico a principios de mes, el Ayuntamiento esgrimió que el parque recibió unos nueve millones de visitantes en 2016, pero solo el 1% fueron barceloneses. También, solo el 1% de las horas de apertura se dedicaron a usos comunitarios y vecinales. Colau prevé invertir 25 millones de euros hasta 2022 para reducir el turismo y ganar visitantes locales, con nuevos equipamientos como una ludoteca.
Los comuns también estarán atentos para controlar los pisos turísticos ilegales en la zona y evitar dificultades en el acceso a la vivienda en esa área, explicó Badia.