Una de las teorías sobre la política de la Fed de las que les hablábamos ayer en esta sección planteaba que Bernanke no iba a bajar los tipos más de medio punto porque quería guardarse balas en la recámara en caso de otro episodio de pánico; además, todavía no hay señales que hagan de la deflación el principal escenario para EEUU. Esta teoría se cumplió como saben, y la Fed dejó el precio del dinero en el 1%.
Pero también puede cumplirse otra de esas teorías, la que afirma que la Fed puede llegar a bajar los tipos hasta cero al estilo japonés si las cosas se ponen suficientemente feas. De hecho, el martes la CNBC planteaba una encuesta si su audiencia sobre esta posibilidad. Sin llegar a tanto, en lo que coincidían anoche los principales medios norteamericanos era en que el comunicado posterior a la reunión fue tremendamente pesimista.
Así, los comentaristas destacaban que no hubo comentarios que afirmasen que la crisis está siendo "contenida", ni tampoco referencias al riesgo inflacionista que hasta hace unos meses estaba empatado con el riesgo de recesión en el discurso del banco central. ¿Dónde han quedado los famosos halcones? Esto, que puede parecer positivo -un peligro menos para la economía-, en realidad es muy preocupante porque abona la tesis de que EEUU se encamina hacia la deflación, que es el peor escenario económico posible como bien saben los japoneses.
Panorama muy negro
Lo cierto es que el comunicado es un dechado de desastres: la economía se ha "ralentizado marcadamente"; el gasto de consumo está cayendo; la inversión empresarial y la producción industrial se han "debilitado"; la crisis global perjudicará a las exportaciones; y "la intensificación de las turbulencias de los mercados financieros provocará una contracción adicional del gasto" de consumidores y empresas al negar el crédito incluso a los más cualificados.
De ahí que el banco central no diga nada sobre el final de las bajadas de tipos y sí sobre la caída de las materias primas y el petróleo, lo que abre la posibilidad de nuevos descensos en los próximos meses. De hecho, algunos expertos como Ian Shepherdson, de High Frequency Economics, apostaban tras conocer el comunicado por otra bajada de medio punto en la próxima reunión, prevista para el 16 de diciembre. No obstante, el consenso no es tan radical (de momento) y piensa que la Fed mantendrá los tipos en el 1% durante un tiempo y sólo los bajará si efectivamente hay indicios claros de la amenaza deflacionista.
Sin esperanzas
Frente al escenario tan negro que pinta, el comunicado no ofrece ninguna esperanza; ni siquiera hace referencia a un aumento del gasto público como el que recomendó el propio Bernanke la semana pasada. Y lo que es más preocupante: la Fed no muestra ninguna confianza en que la bajada de tipos vaya a reactivar el mercado inmobiliario. Lo único que dice es que hay que tener paciencia.
"Después de expandir su balance en casi un billón de dólares (un trillion), recortar los tipos de interés drásticamente y establecer a la Fed como el prestamista de último recurso prácticamente para todos los sectores de la economía, lo mejor que la Fed puede ofrecernos en la promesa de que "con el tiempo" estas medidas extraordinarias "mejorarán las condiciones de crédito y promoverán una vuelta a un crecimiento económico moderado"", concluye Rex Nutting, comentarista de MarketWatch.
Ciertamente, el panorama es desolador, porque a las medidas citadas hay que sumar la adquisición de participaciones en el capital de la banca por parte del Tesoro, su plan para comprar los activos tóxicos, la compra directa de papel comercial por la Reserva Federal y otro nuevo plan para ayudar a los fondos monetarios. Así las cosas, no es raro que Nutting crea que tenemos una recesión muy larga por delante.