
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibirá a su homólogo chino, Xi Jinping, el próximo jueves en Mar-a-lago, Florida. El encuentro entre los mandatarios de las dos economías más grandes del planeta carecerá del tono distendido que el republicano mostró con Shinzo Abe. Llega precedido por las impulsivas declaraciones del inquilino del Despacho Oval, la última de ellas en relación a Corea del Norte y a la posibilidad de que Estado Unidos actúe de manera unilateral para aplacar el clima de tensión tras los últimos ensayos nucleares.
"China podrá decidir ayudarnos con Corea del Norte, o decidir no hacerlo. Si lo hacen, será muy bueno para China. Si no lo hacen, no será bueno para nadie", ha dicho Trump en una entrevista concedida al Financial Times, recalcando que si China no va a solucionar la situación, Estados Unidos lo hará por su cuenta, pese a que considera que el gigante asiático tiene mucho poder a la hora de influir en Pionyang.
Trump también ha intentado limar las asperezas que han ido creciendo en los últimos días al asegurar que tiene un gran respeto por China: "No me sorprendería en absoluto si hiciéramos algo que fuera muy dramático y bueno para ambos países, y eso espero", ha dicho durante la revista.
No obstante, las cosas no fueron así de calmadas siempre y Trump ya avisó a finales de la semana pasada que el primer cara a cara con Xi se promete "muy difícil". El presidente de EEUU firmó este viernes una serie de decretos que diseccionarán durante los próximos 90 días el déficit comercial anual. En esta revisión, según productos y países, China destacará al ser uno de los principales responsables de dicha brecha comercial: el gigante asiático se postuló como el mayor contribuyente al déficit de 734.000 millones de dólares (687.000 millones de euros) del comercio de bienes de EEUU durante el año pasado.
"Trump asume que China se está tirando faroles y que cederá si EEUU adopta una línea dura, pero en algunos aspectos esta es una suposición incorrecta", asegura Richard C. Bush, director del Centro de Estudios Políticos para Asia Oriental. En este sentido, Bush señala que la debilidad del yuan frente al dólar en estos momentos "es el resultado de las fuerzas del mercado, no de la intervención del mercado, como ocurrió hace una década". Al mismo tiempo, añade que es cierto que la competencia con el gigante asiático ha ocasionado "cierta pérdida de empleo" en el país, pero "la transformación tecnológica es la razón principal".
Al contrario que Trump, Pekín intentó limar asperezas antes de la visita del presidente chino a EEUU. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lu Kang, dijo la semana pasada que los lazos económicos y comerciales de los dos países son altamente complementarios. "China espera hacer esfuerzos conjuntos con EEUU para ampliar la cooperación comercial, tratar de manera apropiada las fricciones comerciales mediante el diálogo y mantener un crecimiento sano y estable de las relaciones económicas y comerciales", dijo en rueda de prensa.
Dicho esto, tras los tuits de Trump, Zheng Zeguang, el ministro adjunto de Asuntos Exteriores, matizó el viernes que el superávit comercial chino con EEUU es "el resultado de la distribución global de industrias, división de la fuerza laboral y las diferentes estructuras económicas de ambos países". "Tenemos un déficit en lo que se refiere al comercio de servicios", puntualizó. "Si EEUU relajase los controles de las exportaciones de alta tecnología a China y facilitase la inversión en EEUU, esto ayudaría a cerrar los desequilibrios comerciales".
Perfil bajo
Es cierto que Xi busca en esta primera toma de contacto mostrar un perfil bajo sin obtener resultados concretos y evitar cualquier situación que acabe por convertirse en carne de cañón para el estadounidense. De hecho, el mandatario chino confirmó oficialmente su visita el pasado jueves, después de semanas de especulaciones. Algunos han interpretado este silencio como una muestra de las dudas generadas en Pekín por este cara a cara, especialmente tras las tensiones surgidas en el encuentro entre Trump y la canciller alemana, Ángela Merkel.
El tono de Trump con China ha sido bastante agresivo desde el comienzo de su campaña e incluso después de su victoria electoral. Las tensiones entre Pekín y Washington aumentaron a comienzos de año, cuando el republicano sugirió que EEUU podría bloquear el acceso de Pekín a sus islas en el mar de China. El presidente estadounidense también ha amenazado con imponer aranceles del 45 por ciento al gigante asiático.
EEUU revisará sus relaciones comerciales
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, señaló de nuevo con el dedo al gigante asiático como principal responsable del déficit comercial estadounidense. "No es necesario que les diga que la causa número uno de nuestro déficit es China?, dijo como parte de su defensa de los decretos comerciales firmados por Trump el viernes. Ross añadió que revisarán las relaciones comerciales con países como Canadá, Francia, Alemania, India, Indonesia, Irlanda, Italia, Japón, Malasia y México