
Los economistas británicos que defendían el Brexit aseguraban que una fuerte depreciación de la libra podría ser útil para estimular las exportaciones del país y corregir así parte del elevado déficit por cuenta corriente que presentan las islas. No obstante, cinco meses después del 'sí' al Brexit, el desplome de la libra es una realidad, la inflación también lo es, pero el crecimiento de las exportaciones parece estar en el aire.
La libra ha caído alrededor de un 15% respecto a las divisas de sus principales parejas comerciales. Esta caída de la divisa británica, más que estimular las exportaciones, parece que va a ser útil para que el país sufra una combinación de alta inflación y bajo crecimiento económico, según destacan desde The Economist.
Como avisan desde UBS, los datos de noviembre de inflación en el Reino Unido muestran que tanto la inflación principal como la subyacente "están creciendo más rápido de los esperado. La inflación general ha subido un 1,2% interanual, su mayor ritmo desde octubre de 2014, mientras que el índice de precios minoristas crece a un ritmo anual del 2,2%", destacan desde el banco suizo.
Los precios crecen y crecerán
Este incremento de los precios se ha producido a pesar de que muchos importadores cuentan aún con swaps de divisas que aseguran un tipo de cambio estable para realizar sus operaciones. Además, "este incremento en los costes de los insumos se está trasladando muy lentamente a los precios finales. Si esta transmisión no se fortalece, la presión sobre los márgenes de los productores podría desembocar en pérdidas de empleo y recortes salariales", señalan desde el banco suizo.
Como muestran los últimos datos de empleo, el mercado laboral del Reino Unido ha ofrecido entre agosto y octubre sus primeros síntomas de enfriamiento, después de que la cifra de empleados haya caído en 6.000 personas respecto a los tres meses anteriores, su primer descenso en más de un año.
Probablemente los productores se verán obligados a trasladar este incremento de precios en las importaciones (por la depreciación de la libra) a los precios finales. La inflación podría crecer a un ritmo del 2,8% en 2017, por lo habrá que fijar la atención en el comportamiento del consumo y de los salarios reales, que podría sufrir cambios importantes.
¿Caída del consumo y la inversión?
Desde UBS continúan "siendo pesimistas en lo que se refiere al consumo y la inversión en Reino Unido para 2017, por lo que la política monetaria deberá ser probablemente más expansiva para intentar amortiguar la pérdida del impulso económico".
Como destacan desde el prestigioso semanario británico, la debilidad de la libra ha hecho poco, hasta ahora, para los exportadores del país. Según Capital Economics, desde junio no se han registrado cambios importantes en el comportamiento de las exportaciones, de hecho, el déficit comercial en el tercer trimestre del año ha sido el mayor desde 2013.
Para The Economist esto no supone una sorpresa, puesto que los bienes y servicios producidos en las islas compiten en calidad, no en precios, con los del resto del mundo. Además, la industria británica tiene gran parte de su producción externalizada, por lo que tiene que importar una cantidad importante de bienes para crear el producto final que es el que sale al mercado. Aunque ese bien o servicio esté denominado en libras, una parte importante de su coste final se ha incrementado por la depreciación de la divisa británica.