
Durante la jornada del jueves, Tesla anunció su gran sorpresa: la llegada de coches autónomos en el año 2018. Además, hace solo unos meses Ford aseguró que su vehículo autónomo llegará en 2021. Independientemente de que ambas compañías cumplan con sus intenciones (no sería la primera vez que la firma de Elon Musk decepciona al mercado), el jueves Tesla compartió protagonismo con el presidente del BCE, Mario Draghi. Y todo apunta a que la compañía norteamericana actuará antes que el banquero italiano.
Según el índice de Morgan Stanley que mide el número de meses que quedan para la primera subida de tipos en la eurozona, el mercado descuenta que esta no llegará hasta dentro de 50 meses y hace apenas dos meses y medio esta cifra era aún más alta: con los bonos marcando mínimos históricos de manera recurrente no se esperaba un alza del precio del dinero hasta dentro de 60 meses.
"Durante los últimos años ha habido episodios en los que los inversores han aumentando su confianza en que las perspectivas económicas y de inflación romperían con su desánimo y se moverían hacia tiempos mejores. Pero este optimismo siempre ha tenido que afrontar unas decepciones perennes, ya que un mejor crecimiento y unas rentabilidades más altas han permanecido esquivas", explican desde el banco americano.
Indistintamente de que llegue antes una subida de tipos o el coche autónomo, lo que el mercado ya da por asumido -no solo en Europa- es que el inversor se debe acostumbrar a un entorno en que los tipos de interés permanecerán más bajos por más tiempo. En el caso de Estados Unidos, en una fase mucho más avanzada del ciclo económico, solo se ha producido un alza de tipos. Además, la simple perspectiva de otra subida de tipos en diciembre, ya descontada por los inversores, hace dudar al mercado.
Los bancos, los mayores perjudicados
En este contexto, todas las miradas apuntan al sector bancario como el principal perjudicado de la nueva normalidad monetaria. De hecho, es el sector más penalizado en el parqué en lo que va de año (retrocede casi un 20%) y las revisiones a la baja de las previsiones de beneficio parecen no llegar a su fin.
"Ni el consenso de mercado ni las estrategias de las direcciones de las firmas del sector parecen estar reflejando las perspectivas [sobre los tipos de interés] que reflejan las curvas de rentabilidad de la deuda", explican desde UBS. Así, en la entidad helvética concluyen que "debe recordarse a los inversores los vientos en contra en las ganancias que afrontan los bancos en un mundo en el que los tipos serán más bajos por más tiempo".
"Nuestra visión ha sido desde hace tiempo que los tipos de interés permanecerán bajos por más tiempo de lo que muchos esperan. Esta visión está aumentando entre los inversores, aunque siguen nerviosos porque puedan haber tocado fondo y ahora subir", concluyen, por su parte, en Berenberg.