
El Ministerio de Defensa vuelve a ampliar su presupuesto en mitad de la polémica sobre su financiación. En esta ocasión, la Administración que dirige en funciones Pedro Morenés ha elevado sus cuentas para el ejercicio 2016 en 1.162 millones de euros, frente a los 5.787 millones aprobados en los presupuestos iniciales, según recogió ayer el Boletín Oficial del Estado. El incremento de sus cuentas llega en plena controversia sobre su método para conseguir fondos para pagar armamento.
El Tribunal Constitucional vetó el pasado mes de julio el uso abusivo que ha venido haciendo el Ministerio desde el año 2012 de los créditos extraordinarios para hacer frente a los compromisos adquiridos con la industria armamentística al considerar que el método utilizado no estaba justificado. Defensa se ha venido sirviendo de estos créditos cargados a deuda pública vía Real Decreto en los últimos años, de modo que solicitó 1.782,7 millones en 2012; 877,3 millones en 2013, 883,6 millones en 2014 y, finalmente, otros 846,4 millones el pasado año. En total, la Administración de Morenés ha solicitado 4.390 millones a través de este mecanismo, que sólo se debe utilizar para casos de extrema urgencia.
Por el momento, el Ministerio este verano no ha pedido ningún crédito extraordinario como venía haciendo en los últimos años, pero sí ha aumentado su presupuesto, al igual que en los anteriores ejercicios. Desde 2012, año en el que Mariano Rajoy llegó al Gobierno, Defensa ha elevado todos los años considerablemente sus cuentas hasta sumar un incremento total de 10.127 millones de euros.
El Ministerio explica que del dinero ampliado este año, 963 millones se destinará a cubrir los gastos que generan las operaciones en el exterior, 166 millones son generación de créditos por parte de Defensa, y el resto corresponde a transferencias a otros departamentos por los servicios prestados.
Problemas para pagar armas
La Administración que dirige Morenés tendrá que decidir ahora cómo afrontar los pagos de los diferentes Programas Especiales de Armamento (PEA) con los que está comprometido, después de que la Justicia anule su método de financiación. El Tribunal de Cuentas también alertó de este modo de lograr fondos, tachándolo de irregular, inadecuado e insuficientemente justificado en su último informe de fiscalización sobre la financiación de los planes armamentísticos. El organismo que preside Ramón Álvarez de Miranda criticó que los créditos extraordinarios están reservados para casos de ?urgente necesidad? y no para una vía rutinaria de financiación para hacer frente a pagos conocidos desde la década de los años noventa. ?La financiación a través de créditos extraordinarios se ha convertido en una situación presupuestaria estructural en defecto de una presupuestación realista ajustada a los compromisos conocidos por el Gobierno?, argumenta el Tribunal de Cuentas.
El informe del Tribunal de Cuentas también alertó, tal y como adelantó elEconomista el pasado mes de julio, que los principales programas de armamento (el caza EF-200, el avión A400M, el helicóptero NH-90, el buque BAM, el helicóptero Tigre y el carro Leopardo) han sumado sobrecostes totales para España por más de 3.300 millones de euros.
El Gobierno español inició a finales de los noventa, con José María Aznar al frente, la compra de armamento para modernizar las Fuerzas Armadas. Desde entonces hasta 2015, España se ha comprometido a adquirir 21 programas por un coste total estimado de 30.000 millones. Según la última reprogramación de pagos, Defensa deberá abonar un total de 21.360 millones desde 2016 hasta 2030. Por el momento, el Ministerio ya ha hecho frente, desde 2012 a 2015, a 4.417 millones de euros.
A espaldas del Congreso
El exportavoz de Defensa del PSOE en el Senado, Emilio Álvarez, asegura a este diario que el partido no está en contra de la implementación de los presupuestos del Ministerio de Defensa siempre que sea necesario, pero critica en este caso la opacidad. ?No se puede hacer a espaldas del Parlamento y sin ejercer un control del resto de partidos?, asegura Álvarez. ?Habría que ver si está justificado a qué va destinado. Ahora que hay recortes sociales en todos los ámbitos, no me parece razonable que haya implementos de crédito sin justificar?, insiste el portavoz de Defensa en la anterior legislatura que argumenta que las implementaciones de presupuesto ?camuflan la realidad de los gastos?.
Como ejemplo, el Ministerio inició el ejercicio 2015 con un presupuesto de 5.767 millones de euros, y cerró el año con un desvío en sus cuentas del 40 por ciento, lo que supuso un gasto real final de 8.100 millones de euros. Al igual que en esta ocasión, la mayor parte del incremento se destinó a pagar operaciones de paz.