
Las políticas monetarias expansivas y los programas de estímulos puestos en marcha por los bancos centrales en los últimos años podrían haber ayudado a los ricos a ser más ricos. Sin embargo, aunque esto sea cierto también ha podido tener un efecto positivo sobre los más desfavorecidos. Como explican desde la firma de inversión Natixis, el coste de los préstamos y las hipotecas para las familias se ha reducido, al igual que el coste de la deuda para el sector público.
Desde esta firma de inversión francesa explican en un informe que "en la Eurozona muy a menudo se sugiere que el quantitative easing es una política diseñada para los ricos, porque el dinero se crea para el beneficio de los intermediarios financieros. Este análisis es muy simplista".
Primero hay que admitir que estos programas de compra de activos (bonos) ha ayudado a elevar el precio de los bonos, acciones e inmuebles, "lo cual ha sido positivo para aquellos que tienen esos activos, la mayor parte en manos de los ricos".
Los gobiernos se financian barato
Pero también hay que tener en cuenta otra parte de los efectos del QE: "Ha permitido a los gobiernos financiar con mayor facilidad el déficit público con unos intereses menores. Esto ha permitido a los gobiernos de la Eurozona mantener unos déficits mayores y por lo tanto no se ha tenido que reducir las partidas de los gobiernos en transferencias y gasto social, que beneficia en primer lugar a los hogares con bajos ingresos".
Por otro lado, unos tipos de interés tan bajos benefician a los prestatarios mientras que perjudican a los prestamistas: "Se produce una transferencia de ingresos significantes desde los prestamistas (hogares con superávit e instituciones financieras) hacia los prestatarios (gobiernos, hogares con déficit y empresas)".
La caída del euríbor, índice que se usa normalmente para las hipotecas, ha permitido que cientos de miles de familias paguen una letra inferior, una alivio para los agentes que se endeudaron con intensidad en la etapa expansiva del ciclo económico.