
El Fondo Monetario Internacional ha publicado hoy en Washington sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) donde el equipo liderado por Maurice Obstfeld ha rebajado en una décima la previsión de crecimiento para España si la comparamos con las últimas cifras publicadas por la institución el pasado mes de enero. Así, nuestro país crecerá este año un 2,6% y se debilitará hasta un 2,3% en 2017, en línea con lo proyectado a comienzos de año.
En este sentido, el WEO señala a España como uno de los países donde "la recuperación ha sido más fuerte de lo previsto" frente a otros como Italia, donde la expansión ha sido menor la estimada. En su conjunto, la zona del euro mantendrá una recuperación, donde la debilidad en la demanda externa se verá equilibrada por los efectos favorables de "bajos precios energéticos, una modesta expansión fiscal y el apoyo de las condiciones financieras". Dicho esto, la economía española se irá debilitando, aunque tanto este año como el que viene "se mantendrá por encima de la media de crecimiento de los países de la eurozona". A medio plazo, el FMI estima que nuestro país crecerá a un ritmo del 1,6% en 2021.
Precisamente, hablando de precios, nuestro país se mantendrá en deflación este año, cuando el Índice de Precios de Consumo registrará una inflación negativa del -0,4%, tan sólo una décima por encima de lo registrado el año pasado. Aún así, los estímulos del Banco Central Europeo se dejarán notar el próximo año, cuando el repunte de los precios alcanzará el 1%.
A la espera de conocer las proyecciones para el déficit de la institución, el WEO indica que España figura entre los países donde la política fiscal "ha sido de alguna forma contractiva" frente a la de otros países como EEUU, Canadá, Alemania o Italia donde ésta ha sido algo más expansiva o neutral. Aún así, recordemos, que el Gobierno de España se quedó lejos en 2015 de cumplir con el objetivo del déficit del 4,2% impuesto por Bruselas.

El paro caerá al 19,7% este año
En lo que se refiere al mercado laboral, España sigue haciendo ligeros avances. Este año, el FMI proyecta que la tasa de paro española se situará en el 19,7%, una reducción de 2,4 puntos porcentuales con respecto a 2015. Eso sí, nuestro país, junto con Grecia siguen perfilándose como aquellos con más desempleo dentro de las economía avanzadas. Según el Fondo, el paro caerá el próximo año hasta el 18,3%.
En estos menesteres, los funcionarios de la institución consideran que todavía quedan retos por enfrentar dentro del mercado laboral español, donde se debe fomentar la competitividad intentando reducir las "barreras estables y significativas" en algunos sectores, como el de servicios, o industrias.
El WEO dedica uno de sus capítulos a determinar el impacto macroeconómico de las reformas laborales y como ya se avanzó la semana pasada, determina que este tipo de medidas, especialmente las reformas en la legislación de protección al empleado, suelen tener efectos contractivos cuando se implementan en momentos de debilidad económica. ¿Cómo evitar este desenlace?, básicamente el Fondo apuesta por "anunciar de forma creíble que dichas reformas o parte de ellas se implementarán sólo cuando el crecimiento económico sea más sólido.
Países como España y Portugal sufrieron los primeros coletazos de la crisis con un sistema de negociación colectiva que dependía enteramente del principio de favorabilidad, donde las condiciones laborales dependía específicamente de los acuerdos especificados por cada sector. "Desde la crisis, ambos países han introducido reformas que han permitido una mayor flexibilidad a las empresas", indica el WEO. Sin embargo, los expertos del Fondo señalan que este tipo de decisiones "cuenta con inconvenientes" lo que sugiere que las reformas tienen que ser "cuidadosamente calibradas" ya que "pueden incrementar la brecha social y debilitar la posición de los sindicatos".
El mundo y sus previsiones
La institución ha rebajado en 2 décimas con respecto a su revisión de enero las previsiones de expansión para la economía global, que este año alcanzará el 3,2%. Una vez más, parece que los principales reajustes macroeconómicos están afectando de manera distinta a las perspectivas económicas de los diferentes países y regiones.
Entre ellos destacan la desaceleración y el ajuste en China, una nueva reducción de los precios de las materias primas, en especial del petróleo, con notables efectos redistributivos entre sectores y países, la correspondiente desaceleración de la inversión y el comercio, y la disminución de los flujos de capital hacia economías de mercados emergentes y en desarrollo.