Economía

China avanza una recesión emergente y más estímulos de bancos centrales

  • El PIB del gigante asiático se ralentizará hasta el 6,7% este año
  • La devaluación del yuan y el crudo amplifican las tensiones deflacionarias
  • La economía global crecerá menos por el declive de la segunda potencia

Las principales afectadas por la debilidad y los vaivenes procedentes de China serán las economías emergentes, en especial las latinoamericanas. Es la conclusión de los expertos consultados por elEconomista, especialmente preocupante teniendo en cuenta que el Banco Mundial ha rebajado esta misma semana cuatro décimas su previsión del PIB mundial para 2016, desde el 3,3 hasta el 2,9%, por el exiguo crecimiento de los principales mercados emergentes. Pese al mal pronóstico de los principales proveedores de China, los analistas descartan una recesión global o en Europa y EEUU.

Además, los analistas predicen una devaluación adicional del yuan de entre el 5 y el 10% no inmediata ni de golpe, pero sí a medio plazo, que redundará en devaluaciones de otras divisas asiáticas. Esa caída del valor de la divisa china frente al dólar; la actual coyuntura de fuerte abaratamiento del petróleo (el Brent se mueve en el entorno de los 35 dólares por barril) y materias primas; y el impacto de la propia devaluación en la competitividad exportadora vía precios, intensificará las tensiones deflacionistas demandando más actuaciones por parte de los bancos centrales. En el caso concreto de la Reserva Federal se concretan en más cautela con el alza de tipos, y en el caso del Banco Central Europeo, en un eventual aumento del volumen de compra de deuda.

Con todo, la economía global encajará el impacto chino con una ralentización, pero según el consenso de los analistas consultados por elEconomista se descarta una recesión global este año, si bien focaliza el mayor sufrimiento por China en los emergentes, productores de materias primas, de petróleo, y proveedores del gigante asiático.

En este sentido se pronuncia el consejero delegado de Capital at Work, Lucas Monjardín, quien prevé al menos dos trimestres más de ralentización en la economía china. Recientemente, el Banco Mundial ha previsto que China crecerá este año un 6,7% tras haberse expandido un 6,9% el año pasado. Monjardín también advierte del riesgo de salida de inversión extranjera de China, un punto que también destaca el profesor Juan Fernando Robles, y sobre el que las autoridades chinas habrán de estar especialmente vigilantes.

El director de Inversiones de Tressis SV, Víctor Alvargonzález, destaca la indefinición que hay respecto a la exactitud de los datos macroeconómicos chinos. En consecuencia, estima que confeccionar previsiones es muy aventurado, máxime cuando la devaluación del yuan obedece a decisiones políticas más que a las fuerzas del mercado. No obstante, Alvargonzález es contundente cuando se habla de economías emergentes: habrá recesión. Países como Brasil, Chile, Colombia, Venezuela yArgentina padecerán la caída de la demanda china en un contexto de abaratamiento del petróleo y materias primas, indica Robles, y sin olvidar el elevado volumen de deuda del universo emergente latinoamericano.

En el mismo sentido, el profesor del IEB Miguel Ángel Bernal resalta el impacto en Latinoamérica, aunque tranquiliza respecto a Europa, a la que sí afectará China pero en menor medida. Bernal explica que el objetivo de inflación del Banco Central Europeo, del 2%, se queda más lejos tras los vaivenes chinos e intensificará la presión para que Mario Draghi eleve el programa de expansión cuantitatia. Además, relata Bernal, está la preocupación creciente en el seno de la Fed por el enfriamiento que pueda comunicar el gigante asiático. Indica que habrá mayor precaución el alza de tipos recientemente iniciada y puntualiza que al haber elecciones en Estados Unidos el 8 de noviembre de este año, realmente Janet Yellen tiene sólo seis meses por delante para acometer subidas, ya que cerca de las elecciones no se suelen tomar decisiones en este sentido. Alvargonzález, por su parte, opina que se meditará muy mucho el ritmo de subida de tipos en EEUU porque no se trata sólo de China. De hecho, Monjardín añade que el conflicto de Irán y Arabia Saudí afectará a la economía incluso más que el debilitamiento chino.

Contrapesos a los problemas

En medio del razonamiento preocupante sobre el aumento de las tensiones deflacionarias, el profesor del CEF Juan Fernando Robles detecta una optimista proyección en el escenario. La situación de bajos costes de producción, energía, materias primas, el menor importe de las importaciones y mayor acceso al crédito, en el caso europeo puede propiciar un aumento de los márgenes que eleve los beneficios empresariales, ya que las compañías pueden aprovechar la coyuntura de bajos precios para ensanchar sus ganancias si encarecer sensiblemente los precios de consumo.

Dentro de las líneas de preocupación compartida por los expertos consultados, también revela una visión optimista el economista socio de China Capital y profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), Javier Santacruz, quien estima que el cambio económico chino -no olvidemos que motivado por su transición hacia un modelo de crecimiento más basado en el consumo- lejos de producir una recesión global, está evitando una mayor caída del PIB mundial. Santacruz destaca que la situación propicia que las empresas del gigante asiático salgan de la economía doméstica y generen riqueza en otras partes del mundo. Aunque coincide con el resto de expertos en que "el golpe lo encajan las economías más dependientes de las commodities".

Previsiones sobre el yuan

Al otro lado del Atlántico, y en promedio, los expertos creen que el yuan se devaluará un 5%. Aunque algunos expertos elevan el recorrido de caída hasta el 10%.

Desde TD Ameritrade, su estratega de divisas, Sacha Tihanyi, especializado en el continente asiático, explica a elEconomista que la devaluación llevada a cabo por Pekín desde la inclusión del yuan en la cesta de divisas del Fondo Monetario Internacional (FMI) "ha sido más acusada de lo esperado". Sin embargo, desde su punto de vista, es importante tener en cuenta que esta pérdida de valor se ha producido contra el dólar, no contra el resto de divisas, especialmente dentro de otros mercados emergentes con los que el gigante asiático mantiene relaciones. Es por ello que descarta cualquier tipo de guerra de divisas o devaluación competitiva de la moneda china. "Esperamos que el yuan se devalúe alrededor de un 5% más desde los niveles actuales", señala, al mismo tiempo que quita credibilidad a los rumores de los que se hizo la agencia Reuters esta semana y que hablaban de una devaluación de entre el 10 y el 15%. "No esperamos que el dólar toque el nivel de los 7 yuanes salvo que se produzca una revalorización muy acusada del billete verde", matizó.

Mientras tanto, en Pekín, Brian Nanook Jackson, economista jefe para China de IHS Economics, indicaba a este periódico que la segunda mayor economía del mundo crecerá este año a un ritmo del 6,3%. Un nivel que quedaría por debajo del objetivo autoimpuesto por el Gobierno chino, que estaría en el 6,5%. "Este es un debilitamiento más acusado del experimentado en años anteriores pero sigue estando muy lejos de generar una recesión mundial", explica. Eso sí, "la situación seguirá impactando negativamente los exportadores de materias primas", matiza este experto.

Para Jackson, otras economías vecinas con relaciones comerciales con China el impacto será diverso. "Algunas recibirán el capital que salga del país y eso impactará positivamente a algunos países", señala. En lo que al yuan se refiere, IHS Economics observa una devaluación en 2016 del 3% desde los niveles actuales. Dicho esto no se descarta que en algunos momentos "suframos movimiento dramáticos, bien al alza o bien a la baja", explica este economista. "Este no es el resultado del gobierno forzando una devaluación sino del mercado ejerciendo este papel", añade. En este sentido Tihanyi, de TD Ameritrade, aclara que Pekín está teniendo "una mala comunicación" a la hora de lidiar con la situación actual. "Da la sensación que en algunos momentos el Gobierno podría haber perdido el control, cuando eso no es así. Saben bien lo que están haciendo", asegura.

En Goldman Sachs, su estratega de divisas en Nueva York, Robin Brooks, estima que el consenso del mercado descuenta una devaluación del yuan del 5,5% este año sin embargo en conversaciones con sus clientes este experto observa que existe un número importante de agentes del mercado que observan una devaluación del 10%. Marc Chandler, estratega jefe de divisas del banco Brown Brothers Harriman cree que la depreciación de la divisa china se movera entre el 3 y el 5% "un movimiento que básicamente imitará los movimientos registrados desde agosto hasta finales del año pasado".

John Shin, estratega de Bank of America Merrill Lynch, indica que el banco no ha cambiado sus previsiones sobre el yuan pese a los movimientos de la semana que dejamos atrás. En estos momentos se sigue esperando que el dólar se cambie en los 6,90 yuanes a finales de este año. Aún así, todo dependerá de la hoja de ruta de la Reserva Federal y el número de subidas de tipos que implemente este año además del rumbo que tome la economía china, donde una depreciación significativa de la divisa o un frenazo pese a la devaluación del yuan podrían ser riesgos importantes a tener en cuenta.

Por su parte, Javier Santacruz, estima que el yuan se devaluará un 8,5% más totalizando una caída del 15% desde agosto de 2014 y cree que ello propiciará movimientos de capital y redistribución de inversiones.

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