
A pocas semanas de poner fin a 2015, todas las miradas se centran ya en qué ocurrirá el próximo año en la mayor economía del mundo. Estados Unidos se postula como uno de los pocos países avanzados que han conseguido salir del atolladero causado por la gran recesión y donde el proceso de normalización monetaria está a punto de comenzar. Sin embargo, según el indicador GDP Now, la primera potencia mundial se prepara para despedir el presente ejercicio a un ritmo bastante modesto, de tan sólo el 1,5 por ciento en el cuarto trimestre del año.
Si esta cifra se materializase podríamos decir que el PIB americano se habría expandido en 2015 alrededor de un 2 por ciento, por debajo de su potencial y lejos de los objetivos proyectados a comienzos de año. Dicho esto, el país encadena ya más de seis años de tendencia alcista en su renta variable y la tasa de paro se sitúa en el 5 por ciento, no muy lejos del pleno empleo. Sin embargo, el efecto del renovado desplome del crudo, la debilidad de la demanda global y el encarecimiento del dólar, fruto del fin de los estímulos y el arranque de un nuevo ciclo monetario, enturbian las previsiones para el año que viene.
Desde J.P. Morgan, sus economistas Michael Feroli, Daniel Silver, Jesse Edgerton y Robert Mellman avisaron en un informe reciente que "la probabilidad de una recesión durante los próximos tres años ha aumentado hasta un 76 por ciento". "Nuestros indicadores a largo plazo continúan sugiriendo que existe un elevado riesgo de que la expansión económica esté llegando a su fin", señalan recordando que la actividad manufacturera en EEUU se ha contraido, lo que podría jugar en detrimento del sector servicios.
Al mismo tiempo, otros expertos señalan que los márgenes corporativos ya podrían haber tocado techo tras seis años consecutivos de subidas en bolsa, impulsados por los estímulos de la Reserva Federal, que ha absorbido más de 4,5 billones de dólares en bonos y activos, y su política ultraacomodaticia. Hay quien afirma que quizás la economía americana podría estar destinada a contraerse a partir de la segunda mitad de 2016. "Algunos inversores están inquietos porque históricamente el periodo entre el pico en los márgenes y la siguiente recesión económica ha sido entre ocho y nueve trimestres", explica Joseph LaVorgna, economista jefe de Deutsche Bank.
Desde Henderson Global Investors, Simon Ward, su economista jefe, explica que, normalmente, las recesiones tienen lugar cuando los ciclos económicos se debilitan de forma simultánea. Existen tres ciclos clave: el ciclo de la renta variable (de tres a cinco años de duración), el ciclo de inversión empresarial (de siete a once años) y el ciclo inmobiliario (de quince a veinticinco). En EEUU, todos ellos tocaron fondo en 2009, lo que explica la gravedad de la gran recesión.
"Se espera que el ciclo de la renta variable toque de nuevo fondo en 2016 o 2017, mientras el de la inversión empresarial podría alcanzar su mínimo en cualquier momento entre 2016 y 2020?, indica en su último análisis. En este sentido, advierte que si el ciclo de la inversión cae hasta mínimos antes de tiempo, podría desencadenar una recesión el próximo año. ?La situación financiera de las empresas estadounidenses se está deteriorando y la Fed va camino de endurecer su política monetaria, por lo que esta hipótesis es posible. Pero si se diera una recesión, no sería muy pronunciada, ya que el ciclo inmobiliario continuaría repuntando?, matiza.
Las tendencias monetarias deberían avisar de la proximidad de una recesión. La tasa de variación a 12 meses del agregado monetario M1 real (ajustado a la inflación) en EEUU entró en terreno negativo antes de diez de las once recesiones posteriores a la guerra, excepto en la caída de 1953-54, causada por el endurecimiento de la política presupuestaria. Esta variable se ha mantenido en positivo, si bien cayó de forma constante en 2015.
Yellen resta importancia a los agoreros de Wall Street
No suele ser frecuente que la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, preste atención a un pronóstico particular de Wall Street. Sin embargo, hace poco más de una semana, durante su comparecencia en el Comité Económico Conjunto en el Congreso, la guardiana de la política monetaria estadounidense se manifestó sobre los cálculos de Citigroup, que situaron en un 65 por ciento la probabilidad de una recesión el año que viene. ?En ningún caso observo que las probabilidades se acerquen al 65 por ciento?, aseguró al ser preguntada sobre este asunto por el legislador republicano por Ohio, Pat Tiberi. Una respuesta previsible, no obstante, si tenemos en consideración que la Fed considera que el Producto Interior Bruto estadounidense avanzará a un ritmo del 2,3 por ciento el año que viene. Sin embargo, desde el punto de vista de Harviden Sian, estratega de Citi, se mostró preocupado por la posible política ?agresiva? a implementar por la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, y sus funcionarios una vez que se decidan a subir los tipos de interés por primera vez desde el año 2006. Una situación que tiene muchas probabilidades de ocurrir el próximo miércoles.