
Polonia vuelve a ser en 2014 el país europeo que tiene un mayor porcentaje de sus empleados en un puesto de trabajo con un contrato temporal. En segundo lugar aparece España con un 24% de los ocupados que tienen un contrato con duración limitada. Portugal, Chipre y Holanda también superan el 20% de trabajo temporal.
España solía ser líder de forma habitual en este ranking del empleo temporal. Durante el último ciclo expansivo de la economía española, el empleo temporal llegó a representar el 34% de todo el trabajo (2007). Y es que gran parte del incremento de la ocupación en España durante esos años se produjo usando el contrato temporal, cuyos costes por despido son inferiores respecto a otros tipos de contrato.
Con el comienzo de la crisis, la destrucción de empleo se centró sobre todo en este tipo de trabajadores. Así, los contratos temporales llegaron a suponer el 23,1% del empleo total en 2013. Esta dato deja claro algo que ya se ha demostrado en varios estudios: los trabajadores temporales han pagado la crisis y casi toda la destrucción de empleo en España. Ahora que el PIB vuelve a registrar tasas de crecimiento positivas y el empleo neto vuelve a crecer, es también el trabajo temporal el que tiene mayor protagonismo en la contratación.
La temporalidad fuera de España
Polonia, país que ocupa la cabeza en empleo temporal en Europa parece estar siguiendo los mismos pasos que España. La ocupación crece con fuerza en los últimos años mientras que la tasa de paro está cayendo a niveles históricamente bajos, sin embargo, es el empleo temporal el que esta propiciando casi todo este fenómeno. Son varios los economistas polacos que están advirtiendo de esta situación y de sus peligros, este tipo de empleo se derrumba con mayor facilidad aún de la que se crea, además de ser un obstáculo para la productividad y la competitividad del país.
Los empleados con un contrato temporal no sólo gozan de menor protección sino que además las empresas suelen invertir mucho menos en su formación. A la postre, esta situación termina repercutiendo sobre la productividad en las empresas que tienen un porcentaje importante de sus empleados sin la formación que hubieran obtenido con un contrato indefinido. Las compañías suelen incidir en la formación de los 'indefinidos', mientras que los 'temporales' suelen quedar olvidados porque su trabajo en la empresa es por un tiempo limitado, de modo que no suele ser rentable invertir en su formación.
Países con menor temporalidad
Por otro lado, los países con menor temporalidad son Noruega con un 7,9%, Reino Unido con un 6,4%, Austria con un 9,1%, Dinamarca con un 8,5% y también Lituania, Letonia, Estonia o Rumanía con menos de un 4% de sus ocupados en trabajos temporales.
Los datos de temporalidad en España son un claro signo de la dualidad dentro de ese mercado. Las diferencias de derechos entre los trabajadores indefinidos y los temporales es grande, lo que suele desembocar en una elevada rotación laboral. Este exceso de movimiento en el mercado laboral puede tener efectos sobre la productividad, ya que un parte importante de los ocupados no llegan a adquirir las habilidades necesarias para ejecutar su labor de la forma más eficiente posible.