El presidente del Bundesbank, el banco central alemán, Jens Weidmann, tiene una postura tajante ante Grecia. Tras advertir ayer de lo trágico que sería que abandonase los ajustes, hoy ha expresado su oposición a que Atenas reciba más financiación de emergencia, a la vez que recuerda el riesgo de la quiebra de Grecia y el impacto que esto tendría sobre la estabilidad financiera.
"Cuando un Estado miembro de la Unión Monetaria acuerda que no puede cumplir sus obligaciones y suspende los pagos a sus acreedores, no se puede evitar una insolvencia desordenada", afirman Weidmann en una entrevista con la revista Focus, quien considera que las consecuencias sociales y económicas en Grecia serían "graves".
Algunos expertos consideran que Grecia cuenta con liquidez suficiente para cubrir sus compromisos financieros hasta mediados de abril, aunque los acreedores internacionales solo están dispuestos a aportar más ayudas si el país heleno aplica amplias reformas.
No más fondos de emergencia
Pese a esta situación límite, Weidmann ha expresado su rechazo a seguir aumentando la dotación de línea de asistencia de emergencia (ELA) mediante la cual se financian los bancos griegos, a través del banco central nacional. Recientemente, el BCE aumentó provisión urgente de liquidez hasta los 71.000 millones, después de haber limitado la exposición de la banca helena a la deuda del país.
En este contexto se desarrollan las negociaciones entre el nuevo Ejecutivo de Alexis Tsipras y sus socios europeos para acordar algún tipo de financiación que permita subsistir al país.
Atenas se esfuerza por diseñar un plan de reformas que convenza a Bruselas, el FMI y el BCE, sus principales acreedores, con la esperanza de desbloquear la asistencia adicional que necesita y evitar la quiebra. Sin embargo, las contantes maniobras del Gobierno de Tsipras están haciendo perder la paciencia a las autoridades europeas, con Alemania a la cabeza. Según lo explica Weidmann, el nuevo Gobierno griego ha perdido mucha confianza de sus socios europeos. "En general, tengo la impresión de que las declaraciones realizadas por varios miembros del gobierno pueden ser muy diferentes dependiendo del día y del público", afirmó el banquero central alemán, quien añadió que "esto no es algo que inspire mucha confianza".
"Claramente los Gobiernos de los otros países tienen la impresión de que se podría lograr una solución y por eso mantienen las conversaciones. Pero ya no tenemos mucho tiempo. Es limitado", señaló Weidmann.