
El tiempo se le acaba a Grecia para evitar la quiebra este mes, cuando según la mayoría de las estimaciones se quedará sin fondos para pagar a sus prestamistas. Con la intención de desbloquear los 7.200 millones de euros que quedan en el programa de rescate actual, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, presentará el próximo lunes los detalles y el calendario para media docena de reformas al Eurogrupo.
De esta manera, el griego responde a la oferta del presidente del club del euro, Jeroen Dijsselbloem, quien dijo este lunes que Atenas podría acceder a parte de estos fondos para cubrir los vencimientos urgentes de este mes (alrededor de 4.500 millones de euros).
Algunas informaciones apuntaban a que la anteriormente conocida como la troika comenzó a discutir ayer con el Ejecutivo heleno sobre estas primeras reformas entre bambalinas. Desde la Comisión ya sugirieron la víspera que las discusiones para estudiar cómo adelantar los desembolsos podrían empezar esta semana antes de la reunión de los ministros. "Vamos a ver que nos traen el lunes", dijo ayer una fuente comunitaria resumiendo el escepticismo general con las maniobras helenas.
De cara a los focos, el Gobierno griego ha aprobado esta semana su paquete de medidas para aliviar las consecuencias sociales del ajuste, que no deberán tener un impacto negativo en el conjunto del presupuesto, según recoge el acuerdo con el Eurogrupo.
Los ministros fueron duros con Tsipras, a quien amputaron la ambición de las pocas concesiones que le dieron. Sus necesidades de financiación añadieron el sentido de urgencia para aplicar las reformas que le piden sus prestamistas, que deberá tener totalmente detalladas como muy tarde a finales del próximo mes.
El Eurogrupo sí dejó la puerta abierta a una rebaja del objetivo de ajuste para este año, en la actualidad un 3% de superávit primario. Pero este balón de oxígeno se quedó flotando en el aire. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dijo que es la Comisión la que tiene que decidir sobre este punto, de acuerdo con las proyecciones analíticas y otras consideraciones. Y el Ejecutivo comunitario pospone esta revisión por el momento.
Tsipras, con un nuevo aliado
Tsipras ha encontrado un nuevo aliado en los socialistas del Parlamento Europeo, que apoyan algunas de las demandas del griego para apoyar el cambio de rumbo en la política económica.
La vicepresidenta del grupo, y responsable para asuntos económicos, la portuguesa Maria Joao Rodrigues, pidió ayer un objetivo de superávit primario más bajo del 3%, pero más alto del 1,5% que quieren los griegos, "muy lejos" de un posible compromiso.
Además, Rodrigues cree que el aumento del IVA, que piden los acreedores, y Grecia considera tabú, no debería ser el único foco de la reforma fiscal. "Aunque podría formar parte, la prioridad de conseguir un sistema impositivo efectivo y justo debe usar todos los impuestos disponibles", sobre todo los dirigidos a aquellas capas que han escapado hasta ahora de las cargas impositivas, y no otros regresivos como el IVA.
Detrás del ejercicio de funambulismo entre lo que unos y otros piden se quiere evitar el peligro de quedar atrapado en la narrativa del líder griego, y causar bajas colaterales en delegaciones nacionales como la del PSOE vía Podemos.
Por otra parte, los laboratorios de ideas también dan argumentos para conceder una rebaja del ajuste fiscal a Grecia. Zsolt Darvas de Bruegel, señala que incluso después de un recorte en torno al 2%, el superávit primario griego aún sería mayor que el de otros países del euro rescatados, su ajuste global entre 2009-2015 continuaría siendo mucho mayor, y recuerda que otros países bajo programa también han fallado en la consecución de los objetivos fiscales, por lo que Atenas no sería la excepción.
Sin embargo, Darvas recuerda que un superávit primario menor también requeriría en contrapartida un préstamo mayor de los europeos en el tercer rescate para cubrir un mayor agujero fiscal. Si el ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo el lunes que este tercer rescate estaba en negociación, la Comisión y el Eurogrupo negaron este extremo. "La prioridad es aplicar las reformas del programa actual", dijo ayer un portavoz comunitario.