La Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos, ha publicado este miércoles las actas de la reunión que los miembros de su máximo órgano decisorio, el FMOC, mantuvieron los días 27 y 28 del pasado mes de enero. Y el literal del texto confirma lo que ya se sabía: que Janet Yellen sigue sin tener prisa por subir tipos de interés.
Las actas arrojan así más luz sobre el vigor y la aplicación del término "paciencia", usado desde hace tiempo como sinónimo de estabilidad respecto a la política de tipos de interés, y ponen de manifiesto que "muchos" reconocieron que ese gesto enviaría un mensaje preocupante a los mercados financieros.
Conforme a las actas, la mayor parte de los miembros del FOMC se mostraron a favor de dejar los tipos en cero durante "más tiempo", lo que indica que no hay ninguna prisa en el seno del emisor del dólar por subir tipos.
De igual forma, "muchos" de los asistentes señalaron que una subida de tipos prematura podría dañar la incipiente recuperación económica, mientras que sólo "algunos" afirmaron que un alza excesivamente tardía podría conllevar riesgos de tensiones inflacionistas.
La mayor parte alerta así de que la subida prematura podría incrementar la probabilidad de que el comité se vea forzado por una situación económica adversa a volver a bajar los tipos de interés a sus mínimos históricos. Incluso, uno de los miembros recomendó que, dada la perspectiva de inflación, se podrían utilizar las herramientas de la Fed para aumentar los estímulos a la economía.
Asimismo, varios participantes reconocieron los problemas de comunicación asociados a las expectativas de una subida de tipos en un momento en el que la inflación se aleja del 2%, mientras que unos pocos mostraron su preocupación por que en algunas circunstancias se ponga en duda la credibilidad de su objetivo del 2%.
En su reunión de finales de enero, la Reserva Federal de Estados Unidos decidió mantener una vez más los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%, y reiteró que iba a ser "paciente" a la hora de normalizar la política monetaria.
La Fed no cambia el lenguaje