
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, no estaba ayer para nadie. Ni él ni su partido. Después de que este periódico destapara los documentos que probarían los supuestos pagos en negro que denuncia su antiguo socio, Enrique Riobóo, fundador y dueño de Canal 33, Iglesias se escondió de los medios y pese a la multitud de llamadas recibidas evitó dar la cara. Riobóo: "Iglesias obra 3.000 euros a la semana del régimen iraní".
Desde varias televisiones se quejaron a primera hora de la mañana de ayer de que Iglesias ni cogía el móvil ni contestaba a los mensajes.
El partido que dirige rechazó también hacer cualquier tipo de comentario -"ni hemos dicho nada ni lo vamos a decir", aseguró un portavoz- limitándose a reenviar una nota de Producciones Con Mano Izquierda (CMI), la asociación sin ánimo de lucro que Iglesias utilizaba para la realización de programas de televisión y la producción de videoclips y spots publicitarios para Izquierda Unida (IU).
En esa nota, la asociación asegura que sus cuentas están en orden y que "está al corriente con sus obligaciones tributarias", aportando para ello un documento de la Agencia Tributaria con fecha del 13 de noviembre del presente año. La productora no hace sin embargo ninguna referencia a los pagos en negro, que, lógicamente, no habría comunicado a Hacienda, y que en ningún momento desmiente.
En este punto, el informe de la Agencia Tributaria asegura que "conforme a los datos que obran en su base de datos, el solicitante se encuentra al corriente de sus obligaciones".
El que sí que insistió ayer en esta línea es Riobóo, que en declaraciones a distintas cadenas de radio y televisión confirmó que había pagado trabajos en negro a Pablo Iglesias por un importe de 1.500 euros mensuales, algo que, según dijo, está "dispuesto a demostrar en los tribunales con todos los documentos y pruebas necesarios".
"Canal 33 apenas nos ayudó"
Producciones Con Mano Izquierda (CMI), que produjo hasta 2013 el programa La Tuerka, presentado por Pablo Iglesias, ha asegurado que durante el tiempo en que el espacio se emitió en Canal 33, "la cadena apenas pudo ayudar económicamente a la producción de un programa semanal que ya entonces era una referencia en las redes sociales". En este sentido, Riobóo asegura que tiene mails de Sarah Bienzobas, la mano derecha de Iglesias en la productora, en el que le reclama el pago mensual y le pregunta "de qué manera se pueden realizar esa vez".
En su comunicado, la productora no se pronuncia en ningún momento tampoco sobre los hechos denunciados por Riobóo, que insiste en que los pagos no eran por la producción de La Tuerka, que se había hecho de forma gratuita durante varios meses, sino por una comisión por intermediar en un contrato con Irán.
Pablo Iglesias tenía muy buenos contactos con el régimen de los ayatolás y consiguió que Hispan TV, la cadena en español de la televisión pública iraní, firmara un acuerdo con Canal 33 para que éste emitiera parte de su programación. El contrato establecía una contraprestación de 5.000 euros al mes y Pablo Iglesias exigió una comisión de 2.000 euros mensuales, que pretendía que fuera íntegramente en negro, sin pagar el 21% del IVA correspondiente.
"Yo me negué y le dije que había que hacer factura al menos por una parte. De ese modo, acordamos que 1.500 euros se pagaran sin factura y los 500 restantes con ella", explica Riobóo. De ese modo, la jefa de producción de Iglesias, Sarah Bienzobas firmaba los recibos en negro. Pero ni siquiera todos. "Hubo un momento en el que ya había confianza en el que ni siquiera firmamos un recibo", dice Riobóo. Los recibos de 1.500 euros al mes de la productora de Pablo Iglesias.
Más allá de los pagos en negro, la productora podría haber cometido también una irregularidad fiscal teniendo en cuenta que estaba dada de alta como una asociación sin ánimo de lucro y no como una empresa, con lo que gozaba de ventajas fiscales. En su comunicado, Producciones Con Mano Izquierda explica que nació "como una asociación cultural destinada a producir el programa de televisión La Tuerka, que empezó a emitirse en 2010 en la cadena comunitaria TeleK, del madrileño barrio de Vallecas", y que "se nutre fundamentalmente de personas que colaboran altruistamente con el proyecto".
La asociación insiste en que "nunca se repartieron beneficios producto de su actividad". No obstante, reconoce haber facturado servicios a otras entidades "para poder sufragar su actividad asociativa", como por ejemplo los spots electorales para formaciones como Izquierda Unida, aunque manifiestan que "todos estos ingresos se destinaron íntegramente a cubrir los costes de La Tuerka".