
El presidente del Eurogrupo y ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, se opone a la propuesta de Francia de que la zona euro se dote de un presupuesto propio, porque en su opinión sólo serviría para eludir el reto de que hay que ser más competitivos. También se ha mostrado contrario a que se emitan eurobonos, otra clásica petición de la periferia que tampoco comparte Alemania.
En una entrevista publicada hoy por el diario francés Les Echos, Dijsselbloem justificó su oposición al proyecto de presupuesto europeo afirmando que "para tener el menor efecto contra-cíclico, debería ser muy importante".
El pasado mes de septiembre, el ministro de Finanzas francés, Pierre Moscovici, defendió una reforma "renovadora, de conjunto" para la zona euro, que conllevase la creación de un presupuesto con recursos propios, que podrían llegar a través de una parte del IVA o del impuesto de sociedades pero también de nuevas tasas.
¿Jugar al despiste?
Frente a este planteamiento, el presidente del Eurogrupo aboga por "coordinar nuestras economías y combatir juntos los riesgos, de ahí la necesidad de la unión bancaria para luchar contra los riesgos financieros".
Además, recordó que ya hay un presupuesto europeo, fondos estructurales y un Mecanismo Europeo de Solidaridad.
A su juicio, los debates sobre un presupuesto de la zona euro para atenuar los efectos del desempleo, un mayor intervencionismo del Banco Central Europeo (BCE) o la necesidad de devaluar el euro son "tentativas para desviar la verdadera y dura cuestión a la que todos estamos confrontados: cómo ser suficientemente competitivos y ganar bastante dinero para conservar nuestro modelo social".
"Europa debe volver a ser una máquina de fabricar convergencia. Los países bálticos vuelven a tener tasas de crecimiento del 4% como las tuvieron España y Portugal y luego los países del este. Soy optimista. Vamos a volver a ser esa máquina de convergencia", señaló.
No a los eurobonos
Sobre los eurobonos, Dijsselbloem ha afirmado que no es partidario "porque elimina los incentivos para llevar a cabo una política presupuestaria sana". "Sólo la diferenciación de los tipos de interés que hacen los mercados financieros según las políticas llevadas a cabo da buenas señales económicas", ha explicado.
En su opinión, una de las causas de la crisis del euro ha sido que los mercados no hayan tenido en cuenta las diferencias entre los Estados europeos. "No repitamos los errores del pasado", ha resaltado.
Preguntado por la idea de dar incentivos financieros para que los países se comprometan a llevar a cabo reformas, el holandés ha asegurado que no cree en su eficacia. "Si un país no está convencido de que le interesa reformarse y modernizarse, no se le podrá motivar desde fuera", argumentó.
Sin embargo, añadió que lo que sí se debería hacer es dar plazos suplementarios a los países para que puedan corregir un nivel de déficit excesivo, con condiciones de reformas más estrictas. Así, indicó por ejemplo que la Comisión Europea podría "exigir más en términos presupuestarios" a cambio de más tiempo para ajustarse.
Dijsselbloem también se mostró contrario a otra propuesta francesa, la de que el puesto de presidente del Eurogrupo sea permanente. "El Eurogrupo funciona muy bien y, como decimos nosotros, no se repara algo que no está estropeado", señaló antes de añadir que "los holandeses no creen" en esa reforma.