La economía española retrocedió el 0,5% intertrimestral entre enero y marzo de este año, lo que supone una desaceleración del ritmo de caída del PIB respecto al último trimestre de 2012, según la estimación publicada hoy por el Banco de España. Esto que supone un descenso menos acusado que el registrado entre octubre y diciembre, cuando la economía se contrajo ocho décimas.
De confirmarse esta cifra, la contracción en los tres primeros meses del año estarían en línea con las previsiones del Gobierno. El pasado día 9 de abril, el ministro de Economía, Luis de Guindos, situó entre cinco y seis décimas la caída del PIB en este periodo.
El Ejecutivo augura un segundo trimestre "algo mejor", un tercero "próximo a cero" y un último trimestre que "incluso" puede tener crecimiento, aunque ayer el titular de Economía ya adelantó que se revisará el cuadro macro previsto para el presente ejercicio y que la contracción del PIB será de entre el 1% y el 1,5%, frente al 0,5% que había previsto inicialmente.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará el avance del PIB del primer trimestre el próximo 30 de abril, mientras que el informe de Contabilidad Nacional Trimestral, ya definitivo, llegará el 30 de mayo.
Contracción "atenuada"
Según explica el Banco de España en su comunicado, durante el primer trimestre de 2013 la economía española prolongó la contracción de la actividad, aunque a un ritmo más "atenuado" que en el tramo final del año pasado.
En este sentido destaca la aportación menos negativa de la demanda nacional, que aunque cayó un 0,8%, se anota un retroceso menor que en los tres meses anteriores, "al revertirse el impacto de los factores de naturaleza transitoria que habían influido negativamente sobre el gasto interno", especialmente en el caso del consumo de los hogares.
En cuanto a la contribución de la demanda exterior, el organismo indica que fue positiva (0,3%), aunque esto supone una reducción con respecto al periodo de octubre a diciembre de 2012 por un avance de las importaciones y "en un contexto en el que las ventas al exterior, aunque se recuperaron, siguieron condicionadas por la recesión del área del euro".
La destrucción de empleo también se moderó, ya que cayó a una tasa del 4,5% interanual, frente al 4,7% del trimestre anterior.
Freno a la deuda pública
En su nota, el Banco de España alaba la reducción del déficit al calificar "de gran intensidad" el esfuerzo fiscal, aunque puntualiza que "es imprescindible que continúe para situar las finanzas públicas en una posición más saneada y poder quebrar la trayectoria alcista de la ratio de deuda pública -que alcanzó el 84,2 % del PIB en 2012-, en línea con los requisitos que establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera".
Además, el supervisor explica que pese a que la información relativa a la ejecución presupuestaria en los meses transcurridos de este año es todavía escasa, "la debilidad de la recaudación en imposición indirecta y en cotizaciones sociales ilustra acerca de la dificultad que comporta la reducción del déficit público en una situación cíclica adversa".
Mejoría en los mercados
En el panorama económico internacional, la institución presidida por Luis María Linde apunta que los mercados financieros europeos mantuvieron durante la mayor parte del trimestre el "clima de mejoría gradual" que se había impuesto en la segunda mitad de 2012.
No obstante, afirma que este clima se vio "alterado" por la aparición en las últimas semanas de "nuevos episodios de incertidumbre" vinculados a las dificultades para la formación de Gobierno en Italia y, sobre todo, por las complicaciones que surgieron para alcanzar un acuerdo de asistencia financiera con Chipre.
Por último, el Banco de España afirma que la magnitud de los retos pendientes a los que se enfrenta la economía española para iniciar una recuperación sostenible, en un contexto de debilidad de la demanda interna y un difícil entorno exterior, aconseja acelerar las reformas estructurales para asegurar que la "incipiente" moderación salarial se traslade en toda su extensión a los precios y ello permita intensificar las ganancias de competitividad frente al exterior.