
El boicot a los productos catalanes ante la deriva secesionista liderada por CiU parece estar cada vez más cerca de hacerse realidad. El cava, emblema catalán, podría ser el referente de una tendencia más generalizada, especialmente por la cercanía de las Navidades, época que concentra el 40% de la facturación del sector. Las encuestas alejan a Mas del sueño soberanista: CiU no lograría la mayoría absoluta.
El cava podría ser el termómetro del boicot. De momento, según recoge el diario El Mundo, los cavas de otros lugares de España están mejorando sus ventas en los últimos meses, y aunque todavía falta el grueso de las ventas navideñas, los datos sí que incluyen pedidos para empresas y cestas de Navidad.
Ante el panorama, las dos marcas más conocidadas, Codorniù y Freixenet, tratan de desmarcarse de las ideas soberanistas. Precisamente, en las bodegas de Freixenet estuvieron este viernes la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, y la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal.
Ambas dirigentes populares no dudaron en brindar con cava y Cospedal calificó de "una solemne barbaridad" un hipotético boicot a los productos catalanes si prospera la apuesta de CiU por celebrar una consulta sobre la autodeterminación de Cataluña.
En 2005 se produjo un boicot a productos catalanes después de unas declaraciones del entonces líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, sobre la candidatura olímpica de Madrid. Algo de mucho menor calado que el proceso actual, por lo que las empresas comienzan a preocuparse.
Una reciente consulta entre 1.000 empresarios y ejecutivos del gran consumo reunidos en el congreso anual de Aecoc reveló que el 57% pensaba que habría un boicot, mientras que tan solo un 8% de los encuestados creía que los consumidores no decidían en esos términos. El ejemplo reciente de Japón y China preocupaba.
La parte buena para los bodegueros es que las ventas de cava se están extendiendo fuera de España. El año pasado consiguieron exportar 152,25 millones de botellas, lo que compensó la caída del 8,71% de las ventas en España, que con la crisis azuzando, compró 87,1 millones de botellas de cava catalán.
Algunos empresarios hablan ya sin tapujos del miedo a un boicoy. El copropietario de Cavas Gramona, Xavier Gramona, aseguraba en Catalunya Ràdio, que padecía un boicot desde España y lamentaba que "estamos sufriendo en primera línea?. Además, añadía que "en Madrid la situación ya es dramática" y que esto "es un anticipo de lo que puede pasar con el producto catalán en general".
De momento, a falta de más datos, la buena tendencia de las ventas de cavas andaluces, extremeños o valencianos anticipa que el boicot al cava puede estar a la vuelta de la esquina. Lo que queda por determinar es la intensidad del mismo.