
En España, muchos consumidores descontentos con las políticas de recortes impuestas desde el gobierno alemán han llamado al boicot a las marcas germanas. Sin embargo, los coches alemanes, por ejemplo, se siguen situando entre los más vendidos. En China, se lo han tomado más en serio y, tras la disputa diplomática con Japón por la soberanía en dos islas en el Mar de China, las marcas de coches niponas han visto reducidas hasta la mitad sus ventas en el gigante asiático.
La preocupación de la industria automotriz japonesa crece después de que su mayor fabricante, Toyota, declarara un descenso en sus ventas de septiembre en China del 48,9%. Pero no es el único, también otros como Honda (-40,5%), Suzuki (-42,5%) o Nissan -perteneciente al Grupo Renault- (-35,3%) han visto seriamente perjudicado su volumen de entregas en China durante el pasado mes.
El impacto en un solo mes ha sido tal que las factorías de estos productores operan ya a un menor ritmo y sus previsiones de ventas han caído, en conjunto, en torno a 100.000 unidades para el cierre de 2012. La situación es peliaguda y la inquietud por su futuro entre los fabricantes japoneses es notable, dada su actual debilidad en el que es el mayor mercado del automóvil del mundo. Sin ir más lejos, para Toyota, por ejemplo, China representa el 12% de sus ventas a nivel global.
Y ya se sabe: a río revuelto, ganancia de pescadores y en este caso quienes ya han lanzado su anzuelo son el resto de marcas asiáticas y europeas presentes en el mercado chino. "Serán los fabricantes alemanes y surcoreanos los que se quedarán con la cuota de mercado de las firmas japonesas cuando éstas se vendan cada vez menos", anticipa Koji Endo, analista de Advanced Research Japan.
Las cifras así lo demuestran: las ventas de BMW se dispararon un 55% en septiembre, a las que se debe sumar el aumento del 20% o el del 15% de Audi y Hyundai, respectivamente.