
Pese a la presión del Eurogrupo para que España formalizara hoy mismo su petición de ayuda a la UE para sanear el sector bancario, el Gobierno español ha señalado que no lo hará hasta los "próximos días".
"Creo que antes de finales de julio tendremos una aproximación muy cierta y muy detallada de cómo se va a realizar todo el proceso", ha afirmado el ministro de Economía, Luis de Guindos, a su llegada a la reunión del Eurogrupo.
El pistoletazo a nueve días de infarto para salvar a España e Italia y, de rebote, evitar que arrastren en su caída al conjunto de la economía mundial se dispara hoy. A las cuatro de la tarde ha comenzado en el pequeño Gran Ducado de Luxemburgo dos jornadas de reuniones de los ministros europeos de Economía y Finanzas: hoy será el turno del Eurogrupo -los diecisiete ministros de la zona euro-, y mañana viernes toca Ecofin, los del conjunto de los veintisiete países de la UE.
También mañana se citan en Roma Mariano Rajoy y sus homólogos de Alemania, Francia e Italia. Y el jueves y el viernes de la semana que viene se verán las caras en Bruselas los jefes de Estado o de Gobierno de los Veintisiete.
La reunión del Eurogrupo ha empezado hoy a las cuatro de la tarde. Los países de la moneda única esperaban que De Guindos presentase formalmente su solicitud de rescate para reestructurar ordenadamente la banca, una vez que se desvelaran, también hoy jueves, los primeros resultados de la evaluación independiente del capital que necesitan las entidades españolas para parchear sus agujeros negros.
La clave es la letra pequeña
Europa confía en que la solicitud formal acelere el proceso y en breve se despejen incertidumbres que atenazan a los mercados por el desconocimiento de la letra pequeña del rescate: condiciones, plazos, intereses, si los inversores privados se verán relegados al final de la cola en caso de que finalmente España tenga que imponer una quita sobre su deuda pública como ocurrió en el caso del rescate griego, etcétera.
El otro plato fuerte de la reunión de esta tarde, que bien podría prolongarse hasta altas horas de la noche, es hasta qué punto la zona euro será flexible con Grecia. Se da por hecho que las condiciones y el calendario del rescate pactado con el anterior Gobierno de Atenas ya no es posible dados los retrasos acumulados por las elecciones en aquel país. Y el nuevo Ejecutivo de la República Helénica busca algún tipo de gesto que endulce ante su opinión pública la píldora de austeridad que deberán seguir tragando al menos a medio plazo.
Retraso de la jubilación
Mañana viernes, el Ecofin se dispone a suavizar la exigencia planteada por la Comisión Europea de que España acelere el retraso de la edad de jubilación hasta alcanzar los 67 años. Pero insistirá en que suba el impuesto sobre el valor añadido (IVA) y suprima la deducción por vivienda que desenterró el Gobierno de Mariano Rajoy. Según el borrador que prevé pactar la cita ministerial, el Ecofin pide únicamente garantizar que la edad de jubilación siga aumentado en línea con la esperanza de vida. También se pedirá a Madrid que ate en corto los presupuestos de las comunidades autónomas.
También mañana viernes, una cita clave marcará el compás de estos convulsos y decisivos días. Será en Roma, y se trata de una cumbre cuadrilátera entre el primer ministro italiano, Mario Monti, el convocante de la reunión, y sus homólogos Angela Merkel, François Hollande y Mariano Rajoy.
Frente común en Roma
Los líderes de las cuatro primeras economías del euro tratarán de hacer frente común para acudir a la próxima cumbre de los días 28 y 29 con un pacto de acción definido, en orden a desactivar la oposición de pequeñas pero saneadas economías, como la finlandesa y la austriaca, que podrían poner peros a las peticiones de Italia, Alemania, Francia y España en caso de presentarse atomizadas y no en un paquete común. La idea es solicitar una unión bancaria y fiscal para Europa y, como contrapunto, lograr una inyección de dinero para España, bien mediante una línea de liquidez, bien mediante el compromiso formal del BCE de insuflar oxígeno financiero a través de la compra de bonos. El trasfondo de la propuesta que pretenden pactar es evitar una intervención dura a España, que precipite a Italia en una espiral que acabe dando la puntilla al euro.
Así pues, los últimos coletazos de esta semana y la siguiente marcarán los derroteros del proyecto europeo, con España como última barrera del precipicio. Un rescate al uso del conjunto de la economía española, entre 400.000 y 500.000 millones de euros, haría inasumible un ulterior salvamento a Italia y el dominó tendría dimensiones insondables, con el implacable acecho de los mercados. En el aire quedan flecos como definir el origen del dinero que inyectará a la banca a través del Frob, en la medida que pueda afectar a la prevalencia de créditos. O extremos como el de si los fondos europeos comprarán deuda soberana a largo plazo.