El presidente de Islandia se sienta en su estudio para beber té en un impecable juego de tazas chino. "Si un colapso en el sector financiero puede poner de rodillas a una de las democracias más estables y seguros y a sus estructuras políticas, como ocurrió en Islandia", explica a Business Insider Ólafur Ragnar Grímsson, "entonces, ¿qué podría pasar en los países que tienen una historia política menos democrática y estable? "
Este pequeño país es único no sólo en su geografía impresionante, sino también en su democracia abierta. Esta democracia fue fundamental en la decisión de que sus tres bancos gigantes cayeran durante la crisis financiera.
Para Ólafur, la crisis de 2008 era algo personal. El que una vez fuera el niño mimado de la izquierda, desempeñó el cargo de ministro de Hacienda durante varios años antes de convertirse en presidente del país en 1996, un cargo principalmente ceremonial que ha ocupado desde entonces.
De defensor de la banca a "justiciero"
Al igual que muchos en el país, fue en su momento uno de los defensores del sector financiero de Islandia, privatizado a principios del siglo XXI, cuyo repentino colapso fue un doloroso recordatorio de que Islandia era un lugar pequeño y aislado.
Ahora, por supuesto, la mayoría de los titulares que vemos sobre Islandia parecen positivos. Islandia está reembolsando sus préstamos del FMI antes de tiempo, el desempleo se ha reducido, y el crecimiento es superior a la media. Las calles de Reykjavik parecen tranquilas y felices.
Otros países, por supuesto, no han tenido tanta suerte. La crisis sigue siendo noticia de portada en Grecia, Italia y España - países que tuvieron una respuesta a la crisis muy diferente a la de Islandia.
Ólafur sostiene que la fuerza de su país vino de reconocer el problema no era sólo un "reto económico y financiero", sino un desafío "social, político, e incluso judicial profundo".
Después de la crisis, el país llevó a cabo una investigación judicial completa, y se puso en contra de "las ortodoxias económicas predominantes del modelo de Estados Unidos, Europa y el FMI." Ólafur dice que le gusta pensar que el FMI aprendió más de Islandia durante este tiempo que viceversa.
Sin dinero para la banca
Un ejemplo clave de este enfoque es la negativa de Islandia a inyectar dinero en los bancos en quiebra. La decisión fue controvertida en su época, pero ahora parece cada vez más sabia. "Nunca he entendido el argumento - ¿por qué un banco privado o un fondo financiero de alguna manera es mejor para el bienestar y futuro de la economía que el sector industrial, el sector de las TI, el sector creativo, o el sector manufacturero?".
Hay, por supuesto, otro aspecto. Una situación complicada surgió en el momento en el que Reino Unido y Holanda exigieron dinero para las cuentas de sus ciudadanos en Icesave, e Islandia se negó. El incidente desató una pelea diplomática de gran envergadura, con Islandia negándose a pagar y el Reino Unido utilizando incluso "legislación antiterrorista" contra el Estado.
Para Ólafur, también es un asunto personal. Él era el jefe del Estado, a pesar de que no controlaba el gobierno - en realidad, su posición era más como la de una Reina de Inglaterra elegida que la de Barack Obama. Pero la Constitución le otorgaba el derecho de veto sobre la legislación del gobierno, algo que nunca había sido utilizado con anterioridad.
Ólafur decidió bloquear la legislación del gobierno para pagar al Reino Unido dos veces. En ambas ocasiones, la legislación se produjo una votación a nivel nacional, y fracasó.
"De hecho, fue absolutamente muy duro," dice Ólafur. "Cada gran institución financiera, tanto en Europa como en mi propio país estaba en mi contra, y había fuerzas poderosas, tanto en Islandia como en Europa, que pensaban que mi decisión era una absoluta locura".
La decisión fue muy controvertida, y sigue siendo un punto delicado en las relaciones internacionales. Para él, era una cuestión de historia. "¿Cuál es el legado principal de los países y naciones en los tiempos modernos?" Él dice: "Europa es y debe ser más sobre la democracia que sobre los mercados financieros. En base a esta elección, finalmente estaba claro que yo tuviera que elegir la democracia".
Islandia no tenía otra opción
También culpa a los británicos por su papel, en concreto, a Gordon Brown, de quien cree que debe una disculpa a Islandia. Ólafur compara la situación a la guerra de las Malvinas, y agregó que era una "gran ofensa" que "uno de los países más amantes de la paz en el mundo, un miembro fundador de la OTAN, un fuerte aliado de Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, fuese introducido junto a Al-Qaeda y los talibanes en la lista oficial de organizaciones terroristas. "
Islandia, en esencia no tenía otra opción, dice Ólafur.
"Si se tomara el tamaño relativo de la economía de Islandia y la economía británica", explica, "y se transfiriera a la economía británica la suma que el gobierno británico estaba pidiendo a los contribuyentes islandeses como responsables de los errores de este banco privado, habría sido igual [...] que pedir a los contribuyentes británicos que fueran responsables de una factura de 800.000 millones de libras (1.275 millones de dólares) de un banco británico caído en España, Italia y Grecia. "
A favor de Ólafur se puede argumentar que es probable que las deudas de Icesave se solucionen pronto con el dinero de la herencia de Landsbanki. Él cree que si el Reino Unido y Holanda hubieran esperado un poco más no habría habido ningún conflicto.
Después de 2008, las relaciones de Islandia con Europa pueden haberse tensado. Durante una cena con diplomáticos extranjeros ese año, Ólafur habría dicho que "el Atlántico Norte es importante para los países escandinavos, los EEUU y Gran Bretaña. Se trata de un hecho que estos países que ahora parecen ignorar. Entonces, Islandia debería buscarse nuevos amigos".
Tampoco puedo dejar de notar que una de las salas de recepción en la residencia presidencial contiene fotos destacadas de Ólafur con Vladimir Putin y Hu Jintao-y ni una sola foto, a mis ojos por lo menos, de un líder europeo.
Mejor cuantos menos bancos haya
Ólafur desmiente la cita textual, diciendo que su problema no es Europa, si noel sistema bancario europeo y americano. Él dice que la lección de Islandia es que "si usted quiere que su economía sobresalga en el siglo XXI [...] un sector bancario grande, incluso un sector bancario de mucho éxtio, es una mala noticia".
"Incluso se puede argumentar que cuanto más grande es el sector bancario, peor es la noticia es para su economía", añade, para más adelante culpar del enorme crecimiento del sector bancario de Islandia a la filosofía bancaria predominante y a las incompetentes agencias de calificación.
En cambio, el país tiene la esperanza de utilizar no sólo su capital intelectual y creativo, ahora liberado de la industria financiera, sino también su situación geográfica única.
"El Ártico se ha convertido en una de las regiones más importantes para el futuro del mundo, tanto en términos de economía y comercio como de cambio climático y salud", dice, añadiendo que siente que Islandia, miembro del Consejo del Ártico, tiene unos diez años de ventaja sobre el tema, que ahora está atrayendo el interés de la UE, China y Corea del Sur - países sin pretensiones geográficas de la zona.
Este futuro es algo de lo que Ólafur claramente se ve como parte. En un principio, había dicho que no se postularía a la presidencia una vez más, que había estado en el cargo durante 16 años y sentía que podía trabajar mejor sin el estrés del día a día.
Sin embargo, después de que una petición en la red consiguiera 30.000 firmas el mes pasado, Ólafur decidió presentarse para un quinto mandato. Las elecciones se celebrarán en junio.
Aunque que otros candidatos se han presentado, que el 15% de la población ya haya firmado esta petición probablemente da a Ólafur razones para creer que va a ganar. Él dice que fue la "voluntad pública" de Islandia la que le hizo cambiar de opinión. "Si una gran parte de la nación quiere que siga, me inclino ante la voluntad popular", dice.
"Pero si este resulta no ser el caso, también está bien para mí".