Economía

Los convenios y un despido más barato impiden un pacto en la reforma laboral

Se vuelve a repetir la historia. Al igual que pasó en julio de 2010 y en mayo de 2011, el acuerdo sobre una reforma laboral pende de un hilo. Tanto los sindicatos como los empresarios se enrocan en sus exigencias, lo que dejará el resultado en manos del Gobierno, salvo sorpresas de última hora. Los sindicatos aceptan moderar salarios en 2012, pero rechazan ligarlos a productividad.

A cuatro días de que se cumpla el nuevo plazo que fijó el Ejecutivo (se ha retrasado del 7 al 13 de enero), la falta de entendimiento se centra en cuatro puntos: la reforma de la estructura de los convenios, ligar salarios con productividad, fomentar la flexibilidad interna y abaratar el coste del despido.

Los empresarios han puesto sobre la mesa sus peticiones máximas, según anunció ayer el propio secretario general de UGT. CEOE quiere evitar una reforma laboral "escasa", afirmó el vicepresidente Arturo Fernández.

Tras la reunión que se celebró ayer, los agentes sociales afirmaron que hoy van a elaborar un documento para explicar los puntos en los que no hay acuerdo y trasladárselo al Gobierno.

1.- 20 días por despido

Para lograr un reforma ambiciosa, los empresarios piden que durante un plazo temporal de unos dos ejercicios se habilite un despido más barato: 20 días al improcedente con 12 mensualidades y 12 días al procedente.

Una propuesta muy alejada a las tesis sindicales. CCOO y UGT ya han puesto su "no" encima de la mesa. Además, saben que el Ejecutivo tampoco es partidario de la medida, por tanto, no temen dejar este tema en el aire, sin acuerdo, ya que el Ejecutivo no seguirá las indicaciones de CEOE.

Tan sólo están abiertos a negociar algunas modificaciones contractuales como la del tiempo parcial. En este ámbito, ya se vislumbra el acuerdo. Podrían pactar una extensión de las horas extraordinarias en el tiempo parcial, lo que desembocaría en un contrato flexible que se adaptaría a los picos de producción, a cambio de modificar la prestación por desempleo, que cuando se cobra de forma compatible se consume un día entero del paro. Pero quedan algunos interrogantes: ¿La disposición de las horas dependería del empresario?

2.- Flexibilidad interna

En esta línea, CEOE también exige que el empresario pueda controlar mejor el tiempo del trabajo de los empleados para fomentar la flexibilidad interna de las empresas. En la reforma de negociación colectiva de 2011, se estableció que la empresa podría disponer del 5% de la jornada para facilitar la disponibilidad de la plantilla, pero los empresarios piden, al menos, el 15%.

No obstante, las intenciones del Gobierno también caminan en esta dirección. Según conversaciones mantenidas entre el Ejecutivo y CEOE, el Gobierno tiene intención de fomentar al máximo la flexibilidad en las empresas, de hecho, contemplan que ésta sería la única reforma que frenaría la destrucción de empleo, por encima del abaratamiento del despido.

Así las cosas, Rajoy ya dedicó en su programa electoral unas líneas a este cometido: "Promoveremos mecanismos de flexibilidad interna en las condiciones de trabajo en las empresas que mejoren su adaptación a los cambios y promuevan el mantenimiento del empleo".

3.- Los convenios

Con una reforma de convenios sin consensuar con los agentes sociales hace menos de un año, se antoja difícil que sindicatos y patronal lleguen a un acuerdo ahora. Los empresarios exigen que la empresa tenga libertad para guiarse por el convenio que más le convenga, que se pueda descolgar de un sectorial y territorial cuando no puedan cumplir las condiciones y renegociar el suyo propio sin que los superiores hayan finalizado.

No obstante, todavía no está rota la negociación en este ámbito. Aunque no son optimistas, siguen negociando. Ambas partes prefieren que el Gobierno no se legisle en negociación colectiva, ya que siempre ha sido una cuestión de negociaciones bipartitas.

Los negociadores no descartan negociar un pacto de mínimos en esta materia para que el Gobierno no legisle. Parece que podrían acordar que los convenios sectoriales no interfieran en la negociación de los convenios de empresa. Esto daría un paso más a la anterior reforma, en la que se establecía una serie de materias (horario, jornada,...) que se podrían desligar del convenio de ámbito superior y negociarse en el convenio de empresa.

4.- Los acuerdos

Por ahora, tan sólo se puede hablar de 'miniacuerdos'. Los agentes sociales empezaron a negociar por los temas menos espinosos para ambas partes con el fin de proyectar una imagen de optimismo y no atrancar la negociación en sus máximas exigencias.

Así las cosas, tras pocos días de negociación ya se pudo hablar de consensos. Todo hace indicar que esto será lo que trasladarán al Ejecutivo el próximo día 13 de enero y no un gran pacto global que abarque una reforma completa del mercado laboral.

El más novedoso y el que más impacto provocó fue el de traspasar los festivos a los lunes. De esta forma, se acabaría con los grandes puentes, denominados popularmente como acueductos, tales como el puente de la Constitución y de la Inmaculada. Sólo se respetarían algunos festivos como el 1 de enero, el 25 de enero, Viernes Santo y puede que el 12 de octubre.

Otro acuerdo que llegó también a los pocos días es el del absentismo. Los agentes sociales rescataron el pacto que obtuvieron hace algunos meses, cuando negociaron la reforma de los convenios, y que finalmente se rompió al no conseguir un pacto global. Se trata así de dar más competencias a las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales para que puedan controlar más de cerca la bajas por incapacidad temporal e intentar poner fin al absentismo fraudulento.

El tercer acuerdo trata de pactar los mecanismos extrajudiciales de conflictos, es decir, la mediación y el arbitraje. Los agentes sociales deben pactar el modo de acudir a un arbitraje bien por acuerdo entre los trabajadores y el empresarios o bien de forma obligatoria.

Con sólo estos pequeños acuerdos, el Gobierno tendrá que elaborar la reforma sin consenso con los agentes sociales. A pesar de las expectativas, los interlocutores siguen negociando y el Ministerio de Empleo se muestra optimista y sigue las conversaciones muy de cerca.

En esta ocasión, el Gobierno del Partido Popular podrá aprobar con holgura una reforma laboral en el Parlamento. El único tema sobre el que no tiene competencia sigue siendo el salarial. Tendrá que asumir el acuerdo al que lleguen los agentes sociales.

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