
Tras dos años de subidas continuas, que para no pocos ciudadanos habrán sido eternos, el euribor podría dar una alegría en el mes de octubre. La tasa media de este índice hipotecario ha mantenido una línea descendente desde que comenzó el mes y todo hace prever que terminará por debajo del 4,725% con el que terminó septiembre.
Transcurridas 15 de las 23 sesiones hábiles que tendrá el mes, la tasa media -que es la que realmente importa- del euribor se encuentra en el 4,681 por ciento. El Banco de España ha confirmado que el euribor a un año cerró septiembre en el 4,725%, con lo que sumó su vigésimocuarta subida consecutiva y se situó en el nivel más alto desde diciembre de 2000.
Es decir, con medio octubre ya tachado en el calendario, la posibilidad de que la referencia hipotecaria acabe por debajo del dato del mes anterior cobra cada vez más sentido. Y este hecho, si bien tampoco resulta llamativo sin ponerlo en contexto, habla por sí solo si se tiene en cuenta que el euribor no registra un descenso intermensual desde septiembre de 2005. A partir de ese momento, el índice se adentró en un ascensión continua de la mano del Banco Central Europeo (BCE), que comenzó a elevar los tipos de interés oficiales en diciembre de ese mismo año.
Cambio de planes
A ese primer incremento, que condujo al precio del dinero del 2 al 2,25 por ciento, le siguieron siete más de igual magnitud hasta agosto de 2007, que situaron los intereses en el 4 por ciento. ¿Había recetado ya el BCE suficiente medicina monetaria? No. Un octavo paso estaba preparado. El BCE se había encargado de programarlo desde julio, y sus planes pasaban por ejecutar la subida, también de un cuarto de punto, en la cita del pasado 6 de septiembre. Pero la crisis hipotecaria estadounidense y, sobre todo, su impacto en el deterioro de las condiciones en los mercados de crédito obligaron al BCE a recular. De subida, nada de nada, por lo que los tipos permanecieron en el 4 por ciento.
Lo mismo ocurrió en la reunión del pasado 4 de octubre. Después de que la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, recortara los intereses en medio punto, del 5,25 al 4,75 por ciento, el 18 de septiembre, el BCE siguió decantándose por la prudencia. Mantuvo de nuevo los tipos y, más aún, rebajó el tono de su discurso, con lo que dio a entender que a corto plazo no tiene previsto retomar el aumento del precio del dinero.
Estas decisiones no han sido tomadas por capricho. Las difíciles circunstancias por las que han atravesado los mercados de crédito, que han secado el circuito normal al que acuden las entidades financieras para obtener dinero, han obligado a los bancos centrales no sólo a rectificar sus planes iniciales, sino también a inyectar liquidez en el sistema para garantizar que la maquinaria continuara en marcha.
Como demostración de estos problemas, el euribor a tres meses terminó septiembre por encima del nivel en el que estaba su hermano mayor. Más en concreto, el primero acabó en el 4,79 por ciento, frente al 4,72 por ciento del euribor a un año. Este hecho ponía de relieve la tensión existente en el mercado interbancario, que es donde las entidades obtienen financiación. En última instancia, lo que demostraba era que conseguir dinero a corto plazo era más caro que hacerlo a largo plazo, algo inusual y que subrayaba las complicaciones existentes. Y si bien resulta cierto que estos problemas suponen una seria amenaza para la economía, también lo es que arroja otras consecuencias no tan negativas. Y entre ellas destaca el frenazo del euribor.
Aún es pronto
No hay duda de que el incremento de la cuota mensual ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza de las familias españolas en los dos últimos años. Y no es para menos, ya que la media mensual de septiembre de 2005 se limitó al 2,22 por ciento, dos puntos y medio por debajo de la tasa registrada en el mismo mes de este año. Aunque cada caso es particular, para una hipoteca de 145.000 euros a 25 años ese incremento se ha traducido en un aumento de la cuota mensual de casi 200 euros.
Por tanto, una contención del euribor siempre constituye una alegría para los bolsillos. Pero, cuidado, tampoco hay que exagerar. Si, como parece, el BCE es incapaz de reanudar en breve la subida de los tipos y al final ésta nunca se lleva a cabo porque el crecimiento se modera tanto en 2008 que elimina las presiones inflacionistas -algo que entra dentro de lo posible-, el euribor debería seguir moderándose. Y en ese caso la posible contención de octubre supondrá un punto de inflexión hacia tiempos mejores para las cuotas hipotecarias.
¿Se retomarán las subidas de tipos?
Sin embargo, no conviene olvidar que las últimas medidas han respondido a unas condiciones excepcionales. Y que si el panorama financiero y económico se despeja, el BCE puede retomar el aumento de los tipos de interés. Más aún si la Fed considera que con el recorte de los tipos de septiembre ya es suficiente y si, además, el petróleo continúa alimentando las presiones inflacionistas con sus constantes subidas.
Además, y por mucho que el descenso mensual de octubre acabe produciéndose -aún queda medio mes por delante-, la cifra final aún estará por encima de la registrada en octubre de 2006 -3,799 por ciento-. Es decir, en el caso de las revisiones anuales, la cuota aún subirá. Eso sí, dicho incremento puede ser el más bajo desde febrero de 2006. Menos es nada. Y más cuando se trata del euribor.