España estaría entre las grandes beneficiadas si los 27 países de la UE pactan armonizar el impuesto sobre sociedades. Así se desprende de un informe de Ernst & Young para el Ministerio de Finanzas de Irlanda, uno de los países que más tiene que perder. El producto interior bruto español crecería un 0,3 por ciento; el empleo, un 0,2 por ciento; las inversiones extranjeras, un 1,3 por ciento; y la recaudación sobre los beneficios empresariales, un 2,5 por ciento. Sólo Francia obtendría mejores resultados, según las hipótesis y cálculos del citado informe.
Armonizar el impuesto de sociedades es una de las exigencias de Alemania a sus socios del euro, antes de elevar su contribución imprescindible para aumentar y flexibilizar el fondo de rescate de países al borde de la quiebra.
La Comisión Europea prevé presentar antes del verano una propuesta legislativa para armonizar la base imponible, no el tipo impositivo. Su plan contempla que cada multinacional presente una declaración única en la UE, y cada país en el que opere aplique su tipo impositivo a las operaciones en su territorio. En la actualidad, estos grupos se implantan en países como Irlanda para pagar allí este gravamen a precio de saldo, aunque operen en toda Europa.
La negociación para armonizar la fiscalidad sobre los beneficios de las empresas va camino de cumplir una década. Todo acuerdo sobre fiscalidad en la UE precisa de la unanimidad de los 27 países del club; es decir, todas las capitales tienen derecho de veto.
La cuestión resurgió con fuerza cuando Irlanda necesitó a finales de 2010 ser rescatada por sus socios. París y Berlín no pierden desde entonces ocasión para reprocharle que les está robando empresas y recaudación al haber establecido en 2003 el tipo impositivo de su impuesto de sociedades en el 12,5 por ciento, la mitad de la media del 25,7 por ciento en la zona euro (30 por ciento en España).
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