Economía

La UE reanuda las negociaciones para ampliar el fondo de rescate de países

El conservador luso José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, recurrió antes de Navidad al filosófico mito del eterno retorno -según el cual los acontecimientos se repiten sin cesar a lo largo del tiempo- para vaticinar lo que pasaría este año nuevo: pese a las reticencias de Alemania, debates como la emisión de eurobonos volverían a surgir para evitar la quiebra de países como Portugal, España, Italia o Bélgica, los presupuestariamente más frágiles de la zona euro.

La realidad le ha dado la razón. Los Gobiernos de la UE han retomado esta semana la negociación para ampliar el fondo de 750.000 millones de euros con el que Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén rescatar Estados del euro en apuros. Objetivo: evitar que los mercados empujen a Lisboa, Madrid, Roma y Bruselas al filo del abismo de la quiebra como el año pasado hicieron con Grecia e Irlanda. La información la desveló ayer el rotativo estadounidense The Wall Street Journal.

El mercado calcula que este fondo bastaría para apuntalar a países pequeños como Portugal o Bélgica. Pero se obstina en dudar que alcance a socorrer economías demasiado grandes para dejarlas caer, y también demasiado grandes para rescatarlas como España e Italia.

El aumento de este fondo ya fue abordado a finales del año pasado, y los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países de la UE se comprometieron en diciembre a hacer cuanto fuera necesario para evitar que la crisis de la deuda pública se cobrara nuevas víctimas en el Viejo Continente. Así lo aseguró Barroso en una entrevista publicada por elEconomista el pasado 18 de diciembre. Pero al no cifrar hasta dónde están dispuestos a llegar, no han logrado calmar las incertidumbres de los inversores.

Otra opción que vuelve a plantearse es permitir que este fondo compre deuda pública para suavizar la presión de los mercados sobre los Estados en dificultades. También resurge la idea de que el FMI conceda una línea de crédito a España para garantizar su liquidez. Era uno de los elementos principales del artículo editorial de la edición de ayer del diario británico Financial Times. El pasado 16 de junio, elEconomista destapó los contactos entre Madrid, Bruselas y Washington para explorar este posible apoyo y prevenir una quiebra en toda regla, apoyo cifrado en unos 250.000 millones de euros.

El timing depende de Portugal

Las decisiones no parece que vayan a madurar ni esta semana ni la que viene, pese a que los ministros europeos de Economía y Finanzas se reunirán el lunes y el martes en Bruselas. Según diversas fuentes comunitarias, la celeridad con la que zanjarán la cuestión dependerá del resultado de la emisión de deuda portuguesa que se celebra hoy. Si los mercados arrinconan a Lisboa, nada es descartable, ni siquiera una reunión ministerial extraordinaria este mismo fin de semana.

De hecho, la semana pasada, el país luso emitió deuda a 6 meses: el nefasto resultado provocó un enorme nerviosismo en el mercado de deuda y en la renta variable, sólo sofocado en parte por la intervención del BCE y por algunos datos optimistas sobre la economía estadounidense.

Hoy, por lo tanto, cuando Portugal acuda al mercado a buscar 1.250 millones en bonos a 4 y 10 años, veremos si el país está definitivamente sentenciado. El 7% en el bono a 10 años aparece como la cifra clave a la que apuntan todos los analistas: lo fue en el caso de Grecia e Irlanda y fue el nivel a partir del cual la semana pasada (el viernes cerró en el 7,43%) el BCE actuó con más agresividad.

En realidad, el destino de Portugal es una preocupación menor. Y desde finales del año pasado Lisboa sufre presiones de sus socios comunitarios para que acepte ser rescatada: ver elEconomista del martes 16 de noviembre de 2010. Lo que está en juego es evitar que el desplome de España o de Italia se lleve por delante el euro y la recuperación económica mundial.

Cumbre de la energía

La coyuntura contamina los preparativos de la cumbre en Bruselas el 4 de febrero de los dirigentes de los Veintisiete. Debería ser una cita monotemática para fraguar una política energética común. Aquí se enmarca el viaje de mañana del presidente de la Comisión Europea a Azerbaiyán y a Turkmenistán. Objetivo: encauzar el gas del Caspio hacia Europa y reducir la dependencia del gas ruso que sufre el centro y el este de la UE. Dependencia que los últimos inviernos ha degenerado en las guerras del gas, cuando Moscú cerró el grifo.

Por otra parte, Bruselas inicia hoy el denominado semestre europeo. Presentará las recomendaciones que deben guiar los presupuestos de los países de la UE para 2012. Las líneas maestras de los mismos serán analizadas en Bruselas esta primavera, y enmendadas si rompen con las exigencias de austeridad.

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