
Tener una economía sumergida de un tamaño considerable puede ayudar a algunos países europeos a llevar la recesión mejor a otros más honestos, según un informe que acaba de publicar Deutsche Bank. La economía sumergida en España supone un 23% del PIB: son 208.000 millones de euros.
El banco alemán ha llegado a la conclusión de que las economías que mejor están aguantando la crisis son las que tienen una economía sumergida muy importante o bien las que apenas tienen.
En el informe, que recoge el diario británico Financial Times, se pone el ejemplo de Grecia, que a pesar de los problemas del Estado con su endeudamiento tan sólo se ha contraído alrededor del 1%, frente al 4% de media en la Unión Europea. La economía sumergida del país heleno supuso alrededor del 30% del PIB en 2008, el mayor porcentaje de la Unión Europea sin contar los últimos miembros de Europa del Este.
La media comunitaria estaría en torno al 15%, mientras que en España se sitúa entre el 20 y el 25% del PIB, según datos del Banco de España y de la Unión Europea.
En el otro extremo, Deutsche Bank ha descubierto que los países con una población "particularmente honesta", como Austria, Holanda o Francia, también lo han hecho relativamente bien durante la crisis.
Así, los más perjudicados serían aquellos países en los que "ni la gente es impecablemente honesta en su ética de trabajo, como los austriacos, ni emplean mucho esfuerzo en evadir al Estado, como los griegos", según explican en su informe.
Alemania, en el peor nivel
El banco se atreve incluso a dar una cifra: según sus cálculos, el peor nivel de economía sumergida sería exactamente el 14,3318% del PIB. Alemania, con unas estimaciones del 14,6%, estaría muy cerca del peor escenario.
Sebastian Kubsch, autor del informe, admite al diario británico que no puede encontrar una respuesta para explicar por qué una economía sumergida muy grande o una muy pequeña han ayudado en el último año de crisis.
Una explicación podría ser que la economía sumergida ofrece alternativas viables a los parados "oficiales", pero una honestidad generalizada también ofrece mejores resultados.
Algunos académicos, como el Friedrich Schneider, de la Universidad de Linz, en Austria, también apoyan esta teoría sobre el dinero negro. "La gente gana un dinero extra, pero nadie trabaja en la economía sumergida para meter el dinero en una cuenta de ahorro, por lo que el dinero se gasta en bienes de consumo impulsando la demanda", explica el profesor. "El único perdedor es el Estado", añade en sus declaraciones al FT.
Pero lo contrario también ayuda. "Si la gente se siente tratado de una manera justa por el Estado, y obtienen bienes y servicios por sus impuestos, están más inclinados a pagar impuestos, lo que incrementa los ingresos", según el profesor Schneider.