
A finales de 2024, alquilar un piso en España costó, de media, 1.080 euros al mes, el precio más elevado desde que existe registro. Al mismo tiempo, el gasto en suministros fue 119,24 euros al mes, una cifra que, sumada al alquiler, supone un gasto total en vivienda de 1.199,24 euros al mes. Como consecuencia, en el segundo semestre de 2024, los jóvenes tuvieron que dedicar el 92,3% de su salario en caso de emanciparse en solitario. A nivel de hogar, el esfuerzo requerido (46,8%) superaba significativamente el umbral del 30% recomendado y el alquiler de una habitación, con un precio de 380 euros, también sobrepasaba ese límite. Así, en el segundo semestre de 2024, la emancipación se situó en la segunda tasa más baja desde que existe registro (por encima de la registrada en el primer semestre de ese mismo año, cuando se situó en el 14,8 %) y solo un 15,2 % de los jóvenes pudieron salir de casa de sus padres.
Estas son las principales conclusiones del Observatorio de la Emancipación, elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE) y publicado esta mañana. En este contexto, el régimen de tenencia más común entre los que sí se han emancipado sigue siendo el alquiler (57,9 %). Además, la proporción de personas que viven solas también se reduce hasta el 19,7% , mientras que aumenta el porcentaje de los que comparten piso, hasta el 29,3%. En el segundo semestre de 2024, no existía ninguna comunidad en la que una persona que quisiese emanciparse en solitario dedicase menos un 50% de su salario. Es decir, en todas las regiones se encontraban por encima del 30% recomendado.
Por otro lado, el precio medio de compra de una vivienda ascendía a 197.210 euros (14 años de salario de media), un 7 % más que el año anterior. Es decir, para hacer frente a la entrada de la hipoteca, estimada en unos 59.000 euros, una persona joven asalariada tendría que ahorrar su salario íntegro durante cuatro años.

En el segundo semestre de 2024, la tasa de emancipación cayó 1,86 puntos porcentuales respecto al mismo semestre del año anterior. Un descenso que se traduce en 102.203 personas menos. El retroceso fue especialmente acusado entre quienes tienen entre 25 y 29 años (–3,97 puntos) y entre las mujeres jóvenes (–2,10 puntos porcentuales). La tasa del 15,2% registrada a finales de 2024 también es inferior a la observada en 2019 (18,7 %) y queda lejos del máximo alcanzado en 2008 (26,1 %).
Solo un 26% de los jóvenes que trabajan están emancipados
Las cifras, explica el informe elaborado por el CJE, resultan "llamativas si se tiene en cuenta el contexto de mejora del mercado laboral". A finales de 2024 la tasa de desempleo juvenil (en el 19,1%) alcanzó su mínimo desde 2007 y el salario mediano de los jóvenes asalariados, según el documento, creció en torno a un 11 %, situándose en 14.046,52 euros anuales. "A pesar de estos avances en materia de empleo e ingresos, el acceso a la vivienda en alquiler siguió deteriorándose, lo que probablemente explica parte del retroceso en la emancipación", detalla.
Y es que, según expone el informe, a pesar de tener trabajo, la mayoría de personas jóvenes no puede irse de casa. En concreto, solo el 26,4 % de los que contaban con un empleo en el segundo semestre del año pudieron emanciparse, lo que implica que más de siete de cada diez seguían viviendo en el hogar familiar.