
El número de horas no trabajadas debido a situaciones de baja (o incapacidad temporal) creció un 15% en el primer trimestre de 2025. Así lo muestra la última estadística publicada ayer por el Ministerio de Seguridad Social que detalla el número de días cotizados y distingue entre ellos el tiempo no trabajado por incapacidad temporal. En comparación con el primer trimestre de 2019 -la fecha de referencia para Seguridad Social al mostrar los niveles prepandemia-, cuando empieza la serie, el número de horas no trabajadas por IT aumenta hasta el 78%, una cifra que excluye las bajas por cuidado al menor, lactancia y embarazo.
Por otro lado, los días no trabajados en el primer trimestre por bajas laborales derivadas de contingencias comunes -es decir, no causadas en el lugar de trabajo ni de camino a este- crecieron un 9% en comparación con el mismo periodo de 2024 y un 72% con 2019.
No obstante, a pesar de este incremento continuado en los días de baja desde 2019, las horas y días efectivamente trabajados en nuestro país crecen un 12,3 y un 12,9% en el primer trimestre de 2025 respectivamente. Una cifra que, además de la IT, resta del tiempo cotizado los días en ERTE y otras prestaciones para, detalla el Ministerio, "tener una visión real de la situación del mercado laboral".
Para el Ministerio el aumento en el número de horas no trabajadas por IT viene explicado, en gran parte, por la cifra récord en número de afiliados a la Seguridad Social. Como defendió el secretario de Estado, Borja Suárez, este lunes en la firma del convenio de colaboración entre Cataluña y las mutuas (que deriva a estas últimas parte de la gestión de las incapacidades temporales en procesos traumatológicos) el crecimiento del empleo ejerce presión sobre los servicios públicos de salud. Según Suárez, un incremento en el número de trabajadores con plantillas similares en el ámbito sanitario hace que "la capacidad se resienta". Otras causas a las que apunta el secretario de Estado son el envejecimiento de la población y el incremento de las enfermedades mentales desde la pandemia, que también ejercen presión sobre los servicios públicos, lo que ralentiza los procesos. No obstante, el Ejecutivo sigue buscando explicación a el boom de las bajas causadas fuera del lugar de trabajo en la mesa de diálogo social.
Estas cifras se enmarcan en plena negociación por la reforma de la prestación por incapacidad temporal en España. Una prestación que, para el Ministerio "no ha obtenido la atención que merecía", que "tiene margen de mejora" y que se ha convertido en los últimos años en una de las principales preocupaciones de la patronal.
Hasta ahora, las principales propuestas del Ejecutivo en la mesa de negociación con sindicatos y patronal se han basado en la reforma de las altas progresivas de 30 días con el 50% del salario para algunas patologías de larga duración; devolver a las mutuas el poder de dar el alta en las bajas laborales que duren más de un año, y en que las bajas médicas de las personas que se encuentran en situación de pluriempleo concreten qué tareas no pueden ejercerse. Se trata, no obstante, de cuestiones que ha planteado Saiz al diálogo social, pero que todavía no se han acordado.
De hecho, la única medida que se ha tomado desde el diálogo social para frenar el aumento del número de horas de IT fue hace justo un año, cuando patronal, sindicatos y el Ejecutivo pactaron un convenio marco de colaboración con las mutuas con la idea de que este se fuese aplicando en las comunidades autónomas. Sin embargo, un año más tarde, las únicas que han suscrito este acuerdo han sido Baleares y Cataluña. El objetivo de estos convenios es, precisamente, aprovechar los recursos de las mutuas para mejorar los tiempos de espera del sistema público. En concreto, el papel de las mutuas es el de realizar pruebas diagnósticas y tratamientos terapéuticos, rehabilitadores y quirúrgicos en procesos de incapacidad temporal por contingencias comunes de origen traumatológico.
Además de las cifras publicadas ayer por el Ministerio de Seguridad Social, la última Encuesta de Población Activa (EPA), que contiene cifras del segundo trimestre de 2025, también muestra un descenso en el número medio de horas trabajadas por semana. En concreto, el número las horas trabajadas por semana han descendido de 35,9 a 35,8 entre abril y junio. La diferencia, sin embargo, es más amplia al comparar con el mismo periodo de 2024, cuando se trabajó una media de 36,4 horas a la semana. Esta estadística, publicada en julio por el INE, tampoco incluye las vacaciones, días festivos, ausencias por enfermedad y otros motivos pagados, así como el tiempo no trabajado por estar afectado por una regulación de empleo.
Por otro lado, la EPA también muestra que el número de personas que no ha trabajado por encontrarse de baja por enfermedad o accidente ha llegado a un nuevo máximo. En total, en el segundo trimestre del año 1.024.300 personas no acudieron a su puesto de trabajo a la semana de media.