
Una de las decisiones más importantes que debe tomar Donald Trump en los próximos meses será nombrar al futuro presidente de la Reserva Federal. El mandato de Jerome Powell al frente del banco central estadounidense termina el próximo mes de mayo, y se está acercando el momento en que Trump deberá designar a su sucesor. Y en los últimos días, un nombre inesperado está sonando como posible candidato: el actual secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Trump avisó el viernes pasado de que desvelaría su candidato "pronto". La mayor sorpresa, a estas alturas, sería que anunciara la renovación de Powell, dados los ataques constantes del presidente contra el economista que él mismo nombró y sus presiones para que baje los tipos de interés. Asumida su marcha cuando se acabe su mandato actual, las quinielas se esfuerzan ahora en adivinar la identidad de su sucesor.
Y, según apunta la agencia Bloomberg, una de las personas que se ha encaramado a lo alto de la lista es Bessent, que lleva medio año trabajando con Trump en medio de todos los sobresaltos fiscales y económicos provocados por las erráticas políticas comerciales del magnate. El propio secretario no ha descartado la posibilidad, limitándose a decir que tiene "el mejor trabajo en Washington" y poniéndose a disposición de Trump.
Entre las personas que han apoyado su nombramiento están Tim Adams, presidente y CEO del Instituto de Finanzas Internacionales; y Steve Bannon, expresidiario y ex jefe de Gabinete de Trump, que actualmente actúa como asesor externo mientras cumple una pena de libertad condicional por fraude y blanqueo de capitales. "Es la estrella del gabinete y una persona de probada competencia para el mercado", asegura Bannon.
En la carrera por el puesto, el otro candidato es Kevin Warsh, un exgobernador de la Fed durante las presidencias de George Bush hijo y Barack Obama, con el que Trump se reunió el pasado invierno mientras preparaba su Gobierno. Precisamente le entrevistó para el cargo de secretario del Tesoro, el puesto que le acabó dando a Bessent.
Arthur Laffer, el economista que pasó a la historia por establecer la famosa curva que relaciona tipos impositivos y recaudación, apoya el nombramiento de Warsh, alegando que "Bessent ya tiene un trabajo y su especialidad no es la política monetaria".
La clave es que Warsh pasó a la historia como uno de los mayores halcones de la Fed, rechazando los planes de estímulos monetarios y fiscales tras la gran crisis financiera de 2007-2008, cuando el paro rondaba el 10% en EEUU. En aquellos momentos, alertó de que las políticas de tipos cero y expansión cuantitativa podrían crear una oleada de inflación y pidió subir los tipos rápidamente. Sus advertencias acabaron por demostrarse erróneas, ya que la inflación no apareció incluso cuando el desempleo volvió a la normalidad. Quizá no sea la persona más adecuada si lo que quiere Trump son bajadas de tipos fuertes e inmediatas.