Economía

Díaz ofreció un "cheque en blanco" a Cecot a cambio de su apoyo a las 37,5 horas

  • Trató de romper sin éxito la oposición de las patronales catalanas a la reducción de la jornada laboral
  • La organización del Vallès se negó en redondo; el Ministerio de Trabajo sondea ahora a Pimec
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. EUROPA PRESS
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El Ministerio de Trabajo lleva semanas presionando a las organizaciones empresariales catalanas para que apoyen la reducción de la jornada laboral, con la esperanza de que así logrará convencer a Junts per Catalunya de que avale la medida en el Congreso de los Diputados. Hoy por hoy, la política no tiene suficientes votos para salir adelante. Según ha averiguado elEconomista.es, la ministra Yolanda Díaz trasladó en persona esta petición a los máximos dirigentes de la patronal Cecot en el transcurso de una cena que tuvo lugar en Madrid hace cuatro semanas. De acuerdo con las fuentes consultadas, Díaz llegó a ofrecer un "cheque en blanco" a la influyente organización empresarial del Vallès para que se descolgara del frente unitario contra la reducción horaria formado por las patronales y gremios catalanes.

Durante la conversación, Díaz propuso a sus interlocutores que pusieran sobre la mesa medidas compensatorias para aliviar el cambio obligatorio de 40 a 37,5 horas semanales. La ministra intentó persuadir a los representantes de Cecot apelando a su influencia en el tejido productivo. Pero la líder de Sumar se topó con la negativa de sus interlocutores, que desoyeron estos cantos de sirena. Al contrario, Cecot reiteró los argumentos económicos contrarios a la reducción de jornada que han venido defendiendo desde que este asunto saltó a la arena pública.

En este sentido, destacaron que la medida incidirá de forma especialmente negativa sobre los autónomos, las microempresas y las pymes, que suman el 98% del tejido productivo catalán, al incrementar sus costes laborales entre un 6% y un 7%, según calcula la patronal. También argumentaron que la reducción de jornada no viene a solucionar los dos grandes retos de la productividad y el absentismo —este último incide de forma significativa en Cataluña—. Y reclamaron que cualquier cambio de esta índole se aborde en el marco del diálogo social, en vez de imponerse sin acuerdo a tres bandas.

En resumen, el intento de Díaz de fracturar la unidad del empresariado catalán salió en balde. Las mismas fuentes apuntan que la ministra hizo este movimiento a la desesperada, puesto que el cambio de jornada, aprobado en Consejo de Ministros el pasado martes, es una de sus últimas bazas para mantenerse a flote políticamente.

Pimec, nuevo intento

Lo que se intentó, según relatan estos interlocutores, fue hallar a una entidad empresarial catalana que mostrase su beneplácito a las 37,5 horas a cambio de contrapartidas. De esta forma, se creía que Junts vería con mejores ojos el planteamiento de Trabajo, cuyos votos son clave. Los posconvergentes argumentan que la medida no ha sido negociada con las patronales de ámbito estrictamente catalán.

Pero el ministerio podría intentar salirse con la suya llamando a la puerta de Pimec. Como informó ayer elEconomista.es, Díaz ultima la entrada de la patronal catalana de pymes en tres organismos: el Consejo Económico y Social (CES), el Comité Económico y Social Europeo (CESE) y la Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos (CCNCC).

A cambio de estos asientos, se especula que la organización que capitanea Antoni Cañete podría avenirse a la reducción horaria, que hasta ahora ha considerado inviable, si se modifican aquellos aspectos considerados como más lesivos para las pequeñas y medianas empresas.

En cualquier caso, estas maniobras solo buscan que Junts negocie enmiendas al texto. Por ahora, los independentistas han asegurado que presentarán una enmienda a la totalidad al proyecto de ley.

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