Economía

España arrastra un 'agujero' en su mercado laboral que aún supera los 5,5 millones de personas

Foto: EP

España cerró el primer trimestre del año con un repunte del paro hasta los 2,79 millones de personas, el 11,4% de la población activa. Pero este dato no refleja en toda su amplitud el problema del mercado laboral en nuestro país: hay que sumarle las cifras de persona que no trabajan y están dispuestas a hacerlo, pero no son considerados parados y los subempleados. Es lo que se denomina 'holgura laboral' y arroja un total de 5,5 millones de personas contando a los que no tienen empleo o sufren la precariedad en sus puestos.

En concreto, junto a los parados propiamente dicho, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) afloran otras 944.800 personas que quieren trabajar, pero no se consideran desempleados sino 'inactivos'. Es decir, quedan fuera de la población activa. Estos se dividen a su vez, en dos grupos: lo que no buscan activamente empleo (los denominados 'desanimados'), que suman 646.800 personas, y los que lo buscan, pero no están disponibles (298.000 personas).

A ellos se sumarían otros 1,77 millones de subempleados, lo que se traduce en un total de 2,72 de personas adicionales a la cifra del paro. Estos datos pueden rastrearse hasta el primer trimestre de 2017, cuando la holgura laboral sumaba 7,3 millones. Desde entonces, se ha reducido un 24,6%, si bien el grueso del retroceso responde a los parados: han caído un 34,4%. La suma de los otros dos colectivos lo ha hecho en un 11,2%, con retrocesos del 12,5% entre los desempleados y del 10,4% entre los subempleados. Su peso conjunto sobre el total de la holgura se haya elevado del 43,8% al 49,4%. Aunque a cierre de 2024 llegaron a superar el 51%.

Esa evolución divergente da idea de la polémica que rodea esas cifras: la sospecha de que el descenso del paro viene, en parte, maquillado por el peor comportamiento de los otros colectivos. Es un debate muy anterior a 2017, aunque en los últimos cinco años ha cobrado intensidad, primero por los ERTEs durante la pandemia y luego por la nueva reforma laboral y la relevancia de figuras como los fijos discontinuos.

Pero los datos muestran que el problema va mucho más allá y se extiende a la calidad del empleo y las oportunidades laborales en nuestro país. A fin de cuentas, la holgura se considera el indicador más completo de infrautilización de la mano de obra de un país.

Una brecha con Europa

El Instituto Nacional de Estadísticas no elabora una estimación propia de la holgura laboral, aunque sí se puede extrapola calcular con los datos de la EPA. De de hecho, son frecuentes los estudios y análisis que realizan este ejercicio.

Eurostat sí publica este dato, aunque arroja una cifra más baja que la que se puede calcular a partir de las estadísticas española: 4,8 millones a cierre de 2024 (los del primer trimestre aún no se han publicado). Aun así, en términos de porcentaje más alto sobre el total de la fuerza laboral es la más alta de la UE, un 18,9%.

¿A qué se debe esta diferencia en las cifras? A que los componentes se calculan con una metodología diferente. Conviene puntualizar que la fuente de las estadísticas de Eurostat es la misma EPA que elabora el INE, con lo cual lo que difiere es el tratamiento y la definición estadística.

Lo que sí publica el organismo español es una tabla de 'categorías especiales de inactivos', que incluye la cifra de personas sin empleo que no cumplen los requisitos para ser considerados parados, calculadas con la misma metodología que el organismo europeo.

Hablamos de personas que no cumplen los tres requisitos para encajar en la definición de paro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT): estar sin empleo, buscarlo activamente y estar disponible para incorporarse a un puesto. Esto nos da dos categorías adicionales: los desempleados que quieren trabajar y están disponibles, pero no buscan activamente (tradicionalmente definidos como 'desanimados') y aquellos que sí buscan, pero no se encuentran disponible.

El dato siempre ha sido polémico porque para muchos equivale a hablar de personas excluidas por el hecho de haberse cansado de fracasar en la búsqueda de empleo pero que se restan a la cifra oficial. En respuesta, el Gobierno de turno se aferra a la definición estándar de la OIT. Aunque con la pandemia la cosa cambió, y el propio organismo internacional recomendó también poner el foco en la holgura laboral, ya que muchos parados no podían cumplir el requisito de búsqueda de empleo por los confinamientos.

Por este motivo, aunque Eurostat ya publicaba el dato, el INE español empezó a hacerlo también en 2020, aunque solo se remontan a 2017 (los de Bruselas llegan a 2009) Las cifras que da el organismo español no coinciden exactamente con las que recoge su homólogo europeo, aunque como la metodología es la misma se aproximan. A cierre de 2024 estimaba a estos desempelados en 1,04 millones, mientras el INE los cifra en 1,02 milones.

Según Eurostat, aportan 4,1 porcentuales a la tasa de holgura laboral general del 18,9%. Eso sí: este peso queda por debajo de los 7,6 puntos de Italia, los 7,1 de Suecia, los 5,6 de Finlandia, los 5,4 de Luxemburgo, los 4,6 de Estonia y empata con los 4,1 puntos de Irlanda.

La clave del subempleo

La principal diferencia entre la holgura laboral que se puede calcular con la EPA y la de Eurostat está en los subempleados: ambos organismos manejan una definición y una metodología estadística diferentes. Bruselas habla de personas que trabajan a tiempo parcial que quieren trabajar más horas y están disponibles.

España define el subempleo como el conjunto de ocupados que desea trabajar más horas, que está disponible para hacerlo y cuyas horas efectivas de trabajo en la semana de referencia son inferiores a las horas semanales "que habitualmente trabajan los ocupados a tiempo completo en la rama de actividad en la que el subempleado tiene su empleo principal". Es decir, no necesariamente son trabajadores a tiempo parcial.

Esto dispara la brecha entre los datos de Eurostat y el INE: de 1,13 millones de estos ocupados precarios a 1,77 millones. Aportan 4,5 puntos a la fuerza laboral ampliada, el segundo dato más alto de la UE después de los 4,8 puntos de Países Bajos.. Así las cosas, el elemento que explica que España sea el país con el mayor dato de holgura es la cifra de paro, que supera con creces la del resto de los Veintisiete, seguido del subempleo y las personas sin trabajo excluidas del cómputo del paro.

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