
La ralentización económica que se vislumbra en el último tramo de este año tendrá un efecto adverso en el mercado laboral el próximo año para las pequeñas y medianas empresas españolas, resultando en una disminución de aproximadamente un punto en la tasa de creación de empleo. Se espera que esta tasa disminuya del 2,9% proyectado para el cierre de 2023 al 2% en 2024. Esta repercusión negativa afectará de manera significativa a las microempresas, ya que son las más vulnerables ante el panorama de inflación, restricción en el acceso al crédito, aumento en los costos de financiamiento, así como incrementos en los costes laborales y fiscales, según se refleja en la última edición del Boletín Trimestral de Empleo en las Pymes, elaborado por Randstad Research y la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).
En el actual escenario, donde las empresas enfrentan notables dificultades para contratar personal, este estudio ayuda a identificar las áreas de actividad con un mayor potencial de crecimiento. Esta información es de suma importancia para que las empresas puedan realizar proyecciones de expansión y desarrollo en los próximos meses.
La recuperación del mercado laboral se refleja en las cifras de afiliación a la Seguridad Social. En el segundo trimestre de 2023, estas cifras muestran un aumento del 2,5% en comparación con el trimestre anterior. Si consideramos las cifras interanuales, es decir, teniendo en cuenta las variaciones estacionales, se observa un crecimiento del empleo del 2,7% en la economía española. Estos datos muestran las tendencias a la baja en las tasas de desempleo, que se sitúan en un 11,6%, el nivel más bajo registrado desde 2017, aunque podrían verse afectados por las medidas incluidas en el acuerdo de Gobierno firmado esta semana entre PSOE y Sumar.
Desde Cepyme y Randstad pronostican un optimismo general en las perspectivas de empleo que se mantendrá hasta finales de 2024. Éste se caracteriza por dinámicas sostenidas y un aumento marcado que será recurrente a partir de la segunda mitad del próximo año.
Así, la desaceleración prevista para el período que abarca desde el tercer trimestre de 2023 hasta el segundo trimestre de 2024, que afectará prácticamente a todos los sectores, podría ser el preludio de un segundo semestre en el que la demanda de empleo en la actividad económica podría crecer a tasas superiores al 3% en todas las categorías empresariales, excepto en las microempresas, donde se anticipa un aumento del 1% al 1,5%. Este crecimiento sigue a una disminución proyectada del 0,6% en la tasa interanual entre abril y junio. Las microempresas, debido a su pequeño tamaño, son más susceptibles a la desaceleración económica y a un entorno adverso.
Durante el período 2023-2024, la mayoría de los empleos creados se concentrarían en seis sectores del ámbito de servicios, aunque el ritmo de incorporación podría disminuir ligeramente en 2024, excepto en el sector de la restauración, que seguiría liderando el crecimiento, y en la Administración Pública, que aumentaría su importancia.
Por otro lado, el sector minorista podría experimentar un crecimiento prácticamente nulo, a pesar de haber desempeñado un papel fundamental en la recuperación del empleo a nivel global. Este sector compartiría una tendencia de estancamiento con el campo de la construcción de edificios y servicios especializados, así como con los servicios técnicos de arquitectura. Además, la industria automotriz y los servicios financieros continuarían experimentando limitaciones en su crecimiento a lo largo de este período.
De las doce actividades que podrían experimentar pérdidas de empleo a lo largo del período 2023-2024, nueve de ellas están relacionadas con la industria, incluyendo sectores como la extracción de recursos y el tratamiento de aguas residuales. Esto refleja la transformación sectorial de la economía y las demandas cambiantes de empleo asociadas a esta transformación.
La menor dinámica que se prevé en el mercado laboral dará lugar a una amplia gama de tendencias, donde podrían coexistir tasas de crecimiento que superen el 15%, como las proyectadas en ingeniería civil en 2024, y retrocesos de hasta el 12,6%, como los estimados en el sector de extracción en ese mismo año. Esto amplía la ya significativa diversidad en la demanda de empleo, en un contexto en el que la sostenibilidad, a través de actividades relacionadas con la descontaminación, los servicios informáticos y las actividades de ocio y entretenimiento, seguirán contribuyendo a mejorar el bienestar social.
Problemas para las microempresas
Para las empresas de menor tamaño, el debilitamiento de la demanda externa se convierte en un factor significativo que influye en las variaciones anuales del empleo, afectando principalmente a las empresas de menor tamaño que operan en el sector industrial. Aunque se observan reducciones que indican una disminución en el dinamismo, no alcanzan niveles extremos. De hecho, los sectores más afectados son el comercio mayorista y los servicios de comidas y bebidas, que en conjunto registran una pérdida de 2.332 afiliados, aunque esta cifra se compensa con la incorporación de nuevos trabajadores en el ámbito de la educación, que es el sector con los resultados más favorables en el último año.
Además, las actividades deportivas, los servicios personales y las actividades sanitarias han contribuido al mercado laboral generado en las microempresas, con incrementos en el empleo que superan los 2.000 nuevos empleos en cada uno de estos sectores. Este éxito está vinculado a un mejor desempeño del mercado interno.
La industria y la construcción continúan siendo las actividades que, de manera constante a lo largo del período 2023-2024, limitarán el crecimiento del empleo. Sin embargo, se espera una mejora en el sector de servicios, con un crecimiento más sólido, lo que podría impulsar ligeramente los resultados generales. Además, se espera una contribución modesta por parte del sector primario, que prácticamente ajustará sus niveles en 2024 a los alcanzados en 2021.
De hecho, al observar la distribución de las actividades según sus dinámicas de crecimiento, se nota una marcada polarización. Se prevé que más actividades registren descensos superiores al 5% en ambos años, y se espera una mayor presencia de microempresas que incorporarán empleados a tasas que superan este punto de referencia.
La productividad se resiente
A pesar de la robustez del empleo, se observa una disminución de la productividad del 1,1%. Es importante prestar atención a este aspecto durante los trimestres de desaceleración, especialmente en sectores estrechamente vinculados a las pautas de producción y consumo del modelo económico español, como el comercio y la construcción de edificios.
Para mantener y mejorar la competitividad, las empresas necesitan un marco regulatorio que facilite su crecimiento en términos de tamaño, lo que implica aumentar su plantilla. Esto es esencial para contrarrestar la caída acumulada de la productividad que se ha registrado desde 2009.
Ante los cambios que pueda provocar el acuerdo entre PSOE y Sumar, desde Cepyme expresan que "por lo que hemos conocido, podía inferirse en un impacto negativo en la productividad empresarial y un crecimiento del empleo menos acelerado. Todavía es prematuro para lanzar una cifra de que implicaría en términos de reducción. Tenemos que ver cómo se desarrolla la medida y cómo afecta en los distintos sectores".
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