
Francia podría prohibir la venta de los modelos de Volkswagen y Renault que equipen motores diésel manipulados, según afirmó la ministra de Medio Ambiente del Gobierno francés, Segolene Royal, en una reunión celebrada con sus homólogos europeos la semana pasada.
Según informa Reuters, Royal aseguró al resto de parlamentarios que se encuentran investigando la legalidad de los motores que cuentan con un software capaz de manipular las emisiones mientras el vehículo es sometido a pruebas y que se ofrecerán "los primeros resultados durante el mes de diciembre". Para ello van a "pedir a los defensores del consumidor y a los fiscales que comuniquen cualquier hallazgo que permita establecer si es necesario retirar las autorizaciones de venta", sentenció la ministra.
En septiembre de 2015, se descubrió el conocido caso 'dieselgate', en el que se descubrió el uso por parte de Volkswagen de un software que detectaba cuándo el vehículo estaba siendo sometido a fase de pruebas para disminuir durante las mismas las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). Un escándalo que destapó unas sospechas que llevaron al Gobierno francés a iniciar las pesquisas por la que se averiguaron las irregularidades en las emisiones de algunos modelos de Renault, un caso reconocido por la propia marca francesa y muy similar al del fabricante alemán.
Pero no son los únicos. Opel y Fiat también usan un software con el que reducen la efectividad de su tecnología encargada de controlar las emisiones de NOx dependiendo de la situación de conducción. Un hecho por el que Volkswagen pagará en Estados Unidos 14.700 millones de dólares -por los motores de dos litros-, pero que, paradójicamente, asegura que en Europa no es ilegal alegando que se activa para proporcionar un mayor cuidado al motor.
La misma postura que defendió en su día la propia Renault -que por el momento no se ha pronunciado al respecto- y Opel, y que personifican la diferencia de opiniones en relación a la claridad de la ley que hace referencia a este hecho. Mientras que algunos pesos pesados de Europa como Alemania aseguran que es bastante ambigua, Royal es tajante y asevera que "está perfectamente clara".