
La automovilística francesa Renault se ha visto envuelta hoy en un escándalo después de que se haya conocido que la policía francesa ha emprendido una redada antifraude en instalaciones investigando posibles irregularidades en las emisiones como las que generaron la crisis de Volkswagen. Las acciones de Renault han caído más de un 20%.
Unas dos horas después de destaparse la noticia, adelantada por la agencia AFP, Renault ha lanzado un comunicado en el que confirma la investigación pero se apresura a aclarar que los agentes no han detectado ningún dispositivo que truque las emisiones de sus coches.
Según AFP, los investigadores de la oficina antifraude gala han confiscado ordenadores del fabricante de automóviles galo como parte de una investigación sobre pruebas de emisiones.
El caso Volkswagen destapó las sospechas
Los fabricantes de automóviles han estado bajo escrutinio desde septiembre, cuando los reguladores estadounidenses advirtieron que Volkswagen hizo trampas para hacer que sus coches diésel pareciesen más limpios de lo que realmente eran, manipulando sus cifras de emisiones contaminantes mediante un software trucado.
Las autoridades francesas iniciaron entonces una investigación sobre si Volkswagen había engañado a los clientes sobre los niveles de emisiones de sus vehículos diésel que prometieron ampliar a todos los fabricantes de automóviles, entre ellos Renault y PSA Peugeot Citroen.
Por separado, el organismo regulador medioambiental del país comenzó a probar aleatoriamente vehículos para comprobar las diferencias entre resultados de emisiones en cifras de pruebas de laboratorio y en el mundo real.