
La libra ha llegado a caer este miércoles por debajo de 1,27 dólares por primera vez desde junio de 1985, golpeada por la incertidumbre que genera la inminente salida de Reino Unido de la Unión Europea, que también han llevado a la moneda británica a un mínimo en cinco años contra el euro.
La divisa están siendo vapuleada en los mercados ante las prioridades que podría imponer Londres durante el divorcio de la UE. El Gobierno británico daría prioridad a limitar la inmigración por encima de la promoción del comercio en su separación del bloque, lo que podría frenar la inversión extranjera y llevaría a un éxodo de bancos. El primer billete de plástico de 5 libras ya 'vale' casi 5.000 euros.
Esta ha sido la conclusión principal que han extraído los mercados de la conferencia del gobernante Partido Conservador, y la libra esterlina ha retrocedido como respuesta, aunque había señales de estabilidad en la sesión matinal en Londres.
La libra esterlina tocó un mínimo en 31 años de 1,2686 dólares en la apertura antes de recuperarse a 1,2720 unidades, una cota en la que parece haberse estabilizado en las últimas horas. La moneda británica llegó a retroceder un 0,4% a 88,31 peniques por euro antes de recuperar algo de terreno.
La inmigración es prioridad
Theresa May, primera ministra del Reino Unido, resaltó en su discurso que controlar la inmigración era una prioridad más importante que firmar un acuerdo comercial con su mayor socio comercial, la Unión Europea. Este tipo de declaraciones están asustando a los inversores, que temen por el futuro de la economía británica y por la estabilidad de la libra.
Por otro lado, la ministra de Interior, Amber Rudd, mantuvo la línea dura de May y aseguró que en el Reino Unido sólo tendrán sitio los inmigrantes mejor cualificados. Además, aseguró que impondrá restricciones a la llegada de estudiantes extranjeros y la contratación de inmigrantes por parte de las empresas.
Este discurso envuelto con cierto carácter nacionalista y proteccionista no gusta a los mercados ni a los inversores. La economía del Reino Unido se ha caracterizado históricamente por su carácter abierto y liberal, la defensa del libre comercio y el flujo de capitales. Estas cuestiones parecen menos importantes ahora que en el pasado.
Por si esto fuera poco, Rudd añadió que los caseros que acojan a inmigrantes ilegales y sean conscientes podrían recibir penas de prisión. Mientras que los bancos deberán controlar que sus clientes estén de forma legal dentro del país, a la par que se van a endurecer las condiciones que tiene que cumplir las empresas para obtener un visado para un empleado extranjero.
Rudd sentenció que "esta es la mejor forma de garantizar que las personas que llegan a Reino Unido están ocupando puestos vacíos, y no quitando empleo a los británicos... Queremos crear un sistema que incentive a las empresas a invertir en los trabajadores británicos".