Banca y finanzas

El 'ladrillo' aún recorta más de un tercio de los beneficios de la banca

Foto: Archivo

Esta misma semana la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión del BCE, Danièle Nouy, urgía a la banca a deshacerse de los activos tóxicos para incrementar la rentabilidad, lastrada por la situación de tipos de interés cero.

En España estos activos están vinculados principalmente al inmobiliario, sector que tras años de una profunda crisis empieza ahora a recuperarse. Pese a esta mejoría, el ladrillo se come aún más de un tercio de los beneficios que obtiene por todos sus negocios en nuestro país. En concreto, las cuatro grandes entidades, Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, redujeron en 2017 sus ganancias en un 36% por los adjudicados y por los créditos al promotor. Bankia no desglosa las cifras por negocios, pero en su caso el agujero es mucho menor, debido a que en 2012 traspasó a la Sareb estos activos en el marco de su rescate financiero.

Los números rojos eso sí son inferiores a los de ejercicios anteriores. Las unidades inmobiliarias o non core de los cuatro grandes reportaron 2.160 millones de euros, lo que supone un descenso del 19,5%. Solo en Sabadell las pérdidas avanzan por las provisiones que ha tenido que llevar a cabo para elevar sus coberturas y hacer frente a la nueva circular de dotaciones. En el grupo catalán, el resultado del inmobiliario alcanza los 943 millones, un 47,5% más que en 2016. Esta carga mermó las cuentas del banco en nuestro país un 60%, ya que ganó 1.566 millones, la cuantía más elevada de todo el sistema nacional.

Caídas de hasta el 61%

Las otras tres entidades lograron disminuir el agujero. BBVA lo hizo en un 15,7%, a 501 millones, lo que provoca un bocado a los resultados de su filial española en un 36%. CaixaBank, por su parte, logró el mayor descenso de las pérdidas inmobiliarias al bajar éstas en un 61%, hasta 413 millones. Esta cuantía reduce un 27% sus ganancias. Por último, Santander sufre 303 millones de números rojos por la actividad non core, un 7% menos, que causan una caída en las cuentas del 22%.

De esta manera, los beneficios conjuntos de los cuatro grupo por su actividad en España se limita a unos 3.679 millones, una vez descontada la carga del ladrillo.

Poco a poco las entidades van reduciendo las pérdidas provocadas por el derrumbe inmobiliario gracias a la recuperación de este sector y por el saneamiento llevado a cabo durante la crisis para poder vender los pisos y suelos, además de los créditos morosos, sin sufrir minusvalías adicionales.

Las previsiones de las propias entidades es que esos activos provoquen en los próximos años pérdidas, aunque éstas serán menos significativas.

En este sentido, BBVA prevé un agujero de unos 100 millones en 2018 a pesar de que transferirá toda su cartera de inmuebles adjudicados a Cerberus con un valor bruto de unos 12.000 millones, en virtud del acuerdo alcanzado a finales del ejercicio pasado. Aún tendrá que asumir costes de mantenimiento y de gestión, además de que contará con préstamos al promotor que superan los 5.000 millones -2.100 millones traspasados a su área bancaria en diciembre al considerarse sanos y ser, por tanto, rentables-.

En conjunto las cuatro entidades de mayor tamaño han rebajado los activos vinculados al ladrillo un 19,3%, incluyendo los 30.000 millones que el Santander ha heredado del Popular y que ha pactado con Blackstone su venta. Por tanto la caída es similar al descenso de las pérdidas.

En los próximos meses se espera que los 93.446 millones bajen de los 50.000 millones, una vez BBVA y el Santander materialicen los pactos alcanzados con los fondos de inversión. La caída podría ser mucho mayor si tanto CaixaBank como el Sabadell logran llevar a cabo operaciones de desinversión relevantes. El segundo, por ejemplo, está negociando con el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) la aprobación de lotes que están cubiertos por esquema contra pérdidas otorgado por los activos que se adjudicó de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).

CaixaBank es la entidad que más ladrillo mantiene en balance, casi 21.000 millones, pero en los últimos doce meses el volumen lo redujo en más de un 10%. Las ventas de inmuebles en este periodo en el grupo catalán alcanzaron los 1.610 millones, un 20% más, y la entidad destaca que todas las desinversiones de pisos y suelo los realiza con ganancias sobre el valor neto -una vez descontadas las provisiones-.

En cuanto a Bankia, la cartera inmobiliaria ha crecido un 61% como consecuencia de la absorción de BMN, que aporta unos 2.500 millones de adjudicados y créditos al promotor. El grupo ha aflorado 600 millones de pisos adicionales en el proceso de integración del banco levantino que, en su mayor parte, se deben a cambios de contabilización de viviendas que están en alquiler y que, por tanto, son rentables.

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