Banca y finanzas

Repsol se plantea recomprar acciones para evitar la dilución de Caixa y Sacyr

  • Aumenta el beneficio un 41% y confirma que busca negocio en renovables
Foto: Archivo

Repsol espera que su consejo esté en posición de estudiar una mejora del dividendo a través de la recompra de acciones en la primera mitad de 2018 para evitar la dilución de su núcleo duro, Caixabank, Sacyr y Temasek.

Los tres grandes accionistas de la petrolera reciben habitualmente su retribución en efectivo, ya que la gran mayoría del medio millón de accionistas minoritarios optan por cobrarlo en acciones, un extremo que, tal y como adelantó elEconomista, ha sido un 9% más rentable a lo largo de los últimos años que cobrar en efectivo.

La intención de la petrolera es poder aprobar este cambio en la política de dividendos -aunque se mantendría el scrip dividend- siempre que logren la mejora de su calificació crediticia. Para ello, el director financiero, Miguel Martínez, aseguró a los analistas que espera que Standard & Poors incremente la calificación crediticia a BBB estable a principios del próximo año -se espera que la revisión sea en febrero-, cuando la compañía recupere los 600 millones que tuvieron que pagar como anticipo del impuesto de sociedades en noviembre de 2016. Con este ingreso, Repsol rebajará su deuda a un ratio de deuda neta/ebitda por debajo de uno, frente al 1,1 veces actual, es decir, alrededor de 6.300 millones de euros, lo que supondría no tener ningún tipo de presión financiera, ya que además la liquidez de la compañía es superior a su endeudamiento.

Caixabank, Sacyr y Temasek han visto como su participación en la petrolera se sigue reduciendo tras cobrar el dividendo a cuenta (alrededor de 0,4 euros por acción). La entidad financiera ha pasado del 9,8 al 9,6%, la constructora del 8,2 al 8% y el fondo de Singapur del 4,77 al 4,3%, lo que significa que en la próxima junta podrían revisarse el número de consejeros dominicales, ya que apenas un 22% del capital controla casi un tercio del consejo.

Repsol ha realizado además un importante esfuerzo de eficiencias y reducción de costes, que le ha permitido situar la deuda por debajo de los 7.000 millones de euros y ha conseguido su objetivo de 2.100 millones de ahorros. Además, Repsol ha podido revisar a la baja su inversión de los 3.600 millones previstos a unos 3.000 millones por una mayor eficiencia y ahorro en la contratación. La petrolera además realizará un importante esfuerzo inversor en este último trimestre del año, con 13 perforaciones, a las que destinará alrededor de 1.100 millones. Repsol ha presentado unos resultados que suponen confirmar las previsiones de su plan estratégico tras dos años del mismo. La petrolera ha realizado desinversiones por 5.100 millones y mira con calma los 1.100 millones que tiene todavía comprometidos en el plan.

Renovables

La compañía además confirmó que está buscando oportunidades de compra en el negocio de las renovables, tal y como adelantó esta semana elEconomista. Martínez indicó que llevan más de 20 años en Gas Natural, que supone una participación sobre la que pueden o no moverse y recordó su presencia en algunas compañías relacionadas con el cambio climático.

Repsol obtuvo un beneficio neto de 1.583 millones en los primeros nueve meses del año, un 41% más. El beneficio neto ajustado se incrementó un 39%, hasta los 1.702 millones de euros, y el ebitda creció un 32%, situándose en 4.715 millones.

El área de Exploración y Producción aumentó su resultado, hasta los 487 millones de euros, en un período en el que, además, la compañía realizó importantes hallazgos exploratorios en Estados Unidos, con el mayor yacimiento de los últimos treinta años, y en Trinidad y Tobago.

En Refino, Química, Marketing, Lubricantes, Trading, GLP y Gas & Power se alcanzó un resultado de 1.431 millones de euros, un 8% superior al obtenido en el mismo periodo de 2016. El indicador de margen de refino en España se situó en 6,8 dólares por barril, frente a los 6 dólares por barril de los nueve primeros meses del ejercicio anterior.

Repsol se convirtió en mayo en la primera empresa del mundo de su sector en emitir un bono verde certificado, para financiar más de 300 iniciativas de reducción de emisiones de CO2, tal y como adelantó elEconomista.es.

La compañía prevé un ritmo inversor medio de 3.500 millones de euros anuales en los próximos dos ejercicios y estima que cerrará 2017 en un nivel de deuda similar al de septiembre. La petrolera fijó además los planes de puesta en producción de sus principales yacimientos: Alaska (2022-2023), Campos (2023-2024) y Sagitario, en Brasil (2024-2025) y ha comenzado a desarrollar Buckskin.

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