
Después de mucho tiempo esperando, la Comisión Nacional del Mercado de Valores de Portugal ha dado luz verde a la oferta de compra de CaixaBank sobre el luso BPI. Ahora, los accionistas del portugués pueden decidir si venden sus acciones en la oferta hasta el 7 de febrero y el resultado de la misma se conocerá un día después. El periodo de aceptación comienza hoy por la mañana, ya que el folleto de la oferta fue aprobado transcurridas unas horas del cierre del mercado portugués. Las órdenes que se emitan pueden ser revocadas hasta el 2 de febrero. | CaixaBank vuelve al 'top 10' del Ibex 10 meses después
La oferta se realiza a 1,134 euros por acción, que es el precio ofrecido por CaixaBank en septiembre, después de que la junta de accionistas del luso aprobara el desblindaje del banco y la oferta del español pasara a ser obligatoria. Como máximo, y si la totalidad del capital del luso aceptara la oferta, CaixaBank tendría que invertir 900 millones de euros.
El banco presidido por Jordi Gual ya tiene financiada la operación gracias a la venta de cerca de un 10% de su capital procedente de autocartera. El banco, con esta misma operación, en la que captó 1.322 millones de euros, obtuvo suficientes recursos para financiarla y preservar su solvencia.
No obstante, la intención principal de CaixaBank es superar la barrera del 50% del capital, por lo que la inversión no tendría que ser tan elevada. Si CaixaBank alcanzara el 51% del capital, el banco español tendría que invertir 91 millones; mientras que si llegara al 70%, la inversión sería de 405 millones. La intención de CaixaBank es mantener a BPI cotizando en bolsa.
El salto internacional
Para el banco español, la adquisición de BPI supone su primera operación internacional. Aunque el banco ya controlaba el 45,5% de la entidad lusa, con una participación mayoritaria, el banco español se consolidará totalmente al portugués en su balance.
La aprobación del folleto de la oferta de adquisición se ha producido después de que BPI haya reducido su exposición de riesgo a Angola, tal como había pedido el Banco Central Europeo. El pasado 5 de enero, el portugués explicó que ya había cobrado los dividendos pendientes de su banco angoleño, BFA, y que, en paralelo, había transmitido un 2% del capital del banco a Unitel.
Con esta operación, BPI habría cumplido con los objetivos marcados por el BCE en cuanto a reducción de riesgos, aunque perdía el control de una filial muy rentable para el grupo. En principio, está previsto que CaixaBank presente resultados el próximo 2 de febrero.