El banco presenta pérdidas trimestrales por el impacto del Citic, de 850 millones
BBVA no está dispuesto a que los causantes de la crisis financiera se libren de su responsabilidad. De una manera tajante y clara, el presidente del banco, Francisco González, acusó directamente a los gestores de las cajas insolventes y a los dirigentes tanto del Gobierno del PSOE como del Banco de España de la pasada legislatura (entre ellos José Luis Rodríguez Zapatero, Pedro Solbes, Elena Salgado y Miguel Ángel Fernández Ordóñez).
González, durante la presentación de resultados de la entidad en 2013, hizo una defensa a ultranza de los bancos y señaló que las cajas, que son las que han recibido las ayudas públicas, son las "causantes de la crisis", por lo que consideró oportuno que sus dirigentes "deben explicar al pueblo por tanto daño ocasionado, ya que el país necesita mirar al futuro sin que se reproduzcan las malas prácticas del pasado".
La grave situación de las cajas, a juicio del presidente del BBVA, era conocido no sólo por el sector sino por las autoridades, que no hicieron nada para solucionar de manera rápida su caída. Explicó que su banco tenía identificadas en 2008 las ayudas que iban a necesitar cada una de las cajas y que años después el importe no ha variado, que él mismo se encargó de comunicárselo a los dirigentes políticos para que actuaran, pero que no lo hicieron. "Sabían lo que sabíamos y tenían toda la información", indicó González en referencia al Banco de España y el Gobierno de entonces.
Según el banquero gallego, si se hubieran tomado medidas se habrían inyectado las mismas o parecidas ayudas, pero se hubiera impedido una crisis tan fuerte y el elevado coste de oportunidad que España ha perdido por el retraso del saneamiento del sector financiero.
Las cajas han requerido fondos directos del Estado por importe de 57.000 millones y otra serie de garantías por un valor similar, de los que, según González, una buena parte no se va a recuperar.
El presidente de BBVA, al hilo, exculpó a su banco de la crisis al señalar que es uno de los pocos del mundo que no ha tenido sentencias relevantes por malas prácticas. Eso sí, la entidad fue condenada el año pasado por la aplicación de cláusulas suelo de las hipotecas y esta semana por la comercialización de las preferentes de Eroski.
De hecho, la eliminación de los tipos mínimos en los créditos para la vivienda ocasionó en 2013 unos menores ingresos de 425 millones a BBVA. Fue una de las causas de que su filial en España presentara de nuevo pérdidas, de unos 671 millones. No es la única, ya que la rama inmobiliaria en nuestro país ocasionó números rojos de más de 1.200 millones, y tuvo que realizar más dotaciones para refinanciados.
Pero la gran losa de sus cuentas fue el impacto de la venta del 5,1 por ciento del chino Citic, que le provocó un agujero de 2.400 millones y le llevó a pérdidas en el último trimestre, de 850 millones. Con estos quebrantos, el beneficio anual del grupo terminó en 2.228 millones, un 55 por ciento más por las menores provisiones, las plusvalías por venta de activos y el buen comportamiento de México.