El primer ministro británico, David Cameron, ha comentado hoy que las artimañas de Barclays para manipular los tipos de interés interbancario son "un escándalo" y subrayó que la directiva del banco "tiene grandes preguntas que responder". La entidad se desploma en bolsa y el sector financiero británico es fuertemente castigado.
"Es muy serio. Han recibido una enorme multa y eso es justo. Pero, francamente, todo el equipo de dirección de Barclays tiene grandes preguntas que responder", ha declarado el jefe del Gobierno a los periodistas. "¿Cómo sucedió? ¿Quién fue responsable? ¿Quién rendirá cuentas?", preguntó Cameron, quien recalcó que la cuestión debe esclarecerse "rápidamente".
¿Habrá dimisión?
El consejero delegado de Barclays, Bob Diamond, está hoy bajo presión para dimitir después de que ayer las autoridades del Reino Unido y Estados Unidos multaran al banco con 290 millones de libras (363 millones de euros, 453 millones de dólares) por manipular el Libor -el tipo de interés interbancario fijado en Londres- y su equivalente europeo, el euribor.
Aunque el miércoles Diamond y otros cuatro miembros de la directiva anunciaron que renunciarán a sus millonarias primas -asumiendo así su responsabilidad-, varios parlamentarios, entre ellos el liberaldemócrata Matthew Oakeshott, piden hoy su dimisión.
Multa histórica
Barclays (BARC.LO), que durante la crisis financiera no fue rescatado por el Gobierno, tendrá que pagar 59,5 millones de libras (74,26 millones de euros, unos 92,8 millones de dólares) a la Autoridad británica de Servicios Financieros (FSA) y otros 200 millones de dólares (160,5 millones de euros) a la Comisión reguladora estadounidense del mercado de opciones y futuros (CFTC).
Además, el banco ha llegado a un acuerdo con el departamento de Justicia estadounidense que le obliga a pagar 160 millones de dólares (128,41 millones de euros) a cambio de evitar un procesamiento judicial.
Según las autoridades financieras, entre 2005 y 2008 los encargados dentro de la entidad de aportar los datos para fijar el libor y el euribor los manipularon para favorecer los intereses de la empresa y propiciar beneficios en las operaciones con instrumentos financieros derivados.
Paralelamente, entre 2007 y 2009, en plena crisis financiera, los empleados de Barclays facilitaron datos modificados a la baja sobre los intereses que pagaba el banco en el mercado interbancario, para dar la impresión a sus rivales y a la prensa de que estaba bien capitalizado (y, por tanto, recibía dinero a bajo interés).