
Ya lo avisó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el debate de investidura: la primera medida en el sector financiero será el saneamiento de los balances. Y ya se empiezan a conocer en qué se traducen estas palabras. El Ejecutivo planea un recorte del 20% en el valor de los inmuebles de la banca.
Rajoy también apuntó el pasado 19 de diciembre que era necesaria la venta de los inmuebles terminados en manos de las entidades. Para lograrlo, el Gobierno considera que es inevitable actualizar las tasaciones de las viviendas que tienen las entidades en balance y aplicar un descuento posterior del 20%. El objetivo también es reconocer las pérdidas latentes de estos activos y ganar credibilidad ante los mercados, según informa hoy el diario Expansión, que cita fuentes anónimas contrastadas.
Este ajuste afectaría al conjunto de las entidades, que tendrían que hacer frente a esta medida con fondos privados. El Ejecutivo todavía se plantea qué hacer con los bancos que no puedan asumir por sus propios medios y capital privado este saneamiento. El ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, defiende la opción de que las entidades asuman contra su cuenta de resultados todo el saneamiento, siempre según el citado diario. Las que se quedaran en una situación de mucha debilidad serían subastadas.
Por su parte, el ministro de Economía, Luis De Guindos, prefiere optar por la creación de un banco malo en el que las entidades puedan colocar sus activos tóxicos, para después darles salida a largo plazo.
El Banco de España cree que, en un momento de fuerte ajuste del sector inmobiliario, la exposición inmobiliaria problemática que mantiene el sector bancario asciende a 176.000 millones de euros.
La opción de un holding
El director del Departamento de Análisis de Mercados de Bankinter, Ramón Forcada, ha propuesto la creación de un holding que aglutine los activos inmobiliarios de bancos y cajas.
Forcada ha explicado que este instrumento, participado por las entidades que trasladaran en él sus activos relacionados con el ladrillo, no tendría coste para el contribuyente ni realizaría actividad económica bancaria, por lo que no estaría sujeto a requisitos de solvencia ni liquidez.
Dicho holding, al que Forcada prefiere no llamar "banco malo", permitiría flexibilidad en el provisionamiento de los activos inmobiliarios por parte de las entidades tenedoras, y podría dotarse de recursos a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) o del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), planteó.