Aunque los psicólogos aconsejan que no se regale carbón en estas fiestas navideñas porque los Reyes Magos simbolizan algo positivo y podría suponer un castigo emocional para el destinatario, yo creo que los hermanos Ángel Luis y Diego Serrano, propietarios de la empresa fotovoltaica Isofotón, deberían haber recibido el mineral este año porque han sido unos malos empresarios. Han llevado la desazón y la angustia a miles de familias.
La situación de la empresa es dramática. 2013 ha sido terrible para Isofotón. A la deuda concursal de 303 millones que ha aflorado tras el trabajo de los administradores concursales y Deloitte se une la voluntad de estos de dejar prácticamente vacía de empleados la fábrica de paneles fotovoltaicos de Málaga para no seguir incrementando ese pasivo. Y ello sin contar con los frentes judiciales que encaran los Serrano tras no pagar 3,7 millones de una ampliación de capital de 2012, como informamos en exclusiva en elEconomista.
La empresa afronta un nuevo ERE para los 297 trabajadores que quedan y que supone su disolución. Así, la práctica totalidad de los contratos quedarían extinguidos el 14 de enero, a falta de que el juzgado dictamine en el auto la fecha concreta. A partir de entonces, únicamente unos 20 trabajadores seguirían en la empresa hasta final de mes para realizar las tareas de contabilidad, mantenimiento e inventariado necesarias para ejecutar el cierre definitivo. En mayo ya salieron otros 350.
Ángel Luis Serrano debe recibir carbón por dejarse embaucar por un ex senador y ex diputado autonómico del PP llamado José Manuel Gómez Angulo, que aparece en sumarios como Malaya, Astapa o Poniente por su afición a poner en contacto a políticos con periodistas.
Decía el profesor de la Facultad de Ciencias de la Información de Málaga Teodoro León Gross en una entrevista publicada en el diario Sur que José Manuel Gómez Angulo tiene fama de ser "el rey del off the record", un agitador de noticias muy amigo de periodistas.
No es raro verle tomar pescaíto con Carlos Herrera, Pepe Oneto, Ignacio Camacho y tantos otros grandes tótems del periodismo español. Con elEconomista lo intentó, pero pinchó en hueso. Espero que hayan pasado unas Felices fiestas.
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