Llega el calor y con él campamentos, convivencias, piscina, playa, pueblo, y un largo etcétera; lugares de encuentro entre niños y por desgracia, también entre piojos. El verano es una de las épocas donde más se potencia el contagio de piojos, ya que los niños se juntan más, comparten gorras, coleteros, e incluso, acaban pegándoselo a los padres; sin embargo, existe un remedio para ahuyentarlos y evitar cogerlos este verano.
Se trata de un remedio clásico pero efectivo, con el fin de que, aunque nos juntemos con personas que sí tienen estos pequeños insectos, éstos no sientan ganas de pasarse a nuestra cabeza. Por así decirlo, se trata de un repelente natural, ya que el aroma resulta muy desagradable para los piojos.
Atrás quedaron antiguas creencias como que los piojos solo iban a pelos sucios y no teñidos: la realidad es que no hacen esta diferenciación, simplemente intentarán pasar de una cabeza a otra y seguir reproduciéndose. Por ello, la única manera de evitar cogerlos es usando repelentes.
Existen algunos repelentes el comercios, sin embargo, tienden a llevar demasiados productos químicos, que pueden dañar la barrera de la piel, por lo que el remedio de la abuela es ideal para aquellos que prefieren hacer uso de productos más naturales.
Cómo se hace
Para su elaboración solo necesitaremos tres ingredientes: acondicionador o mascarilla, vinagre y aceite del árbol del té. La mascarilla ayudará a extender el producto por el cuero cabelludo, y el vinagre y el aceite del árbol del té son dos de los aromas que más detestan los piojos.
Tan solo hay que mezclar una buena cantidad de mascarilla o acondicionador, con un chorro de vinagre y unas gotitas de árbol del té y aplicarlo muy bien por todo el cuero cabelludo, de tal forma que cale en todas las secciones.
Después, dejaremos reposar durante 1 hora y nos lavaremos la cabeza con normalidad. Este remedio se puede realizar tras varios lavados, para volver a recuperar el efecto repelente.